Espacio de opinión de La Palma Ahora
Mis relatos de viajes: Aún no sé si fue un sueño
Él me miraba arrobado. Tomaba mi cara entre sus manos y la besaba dulcemente; besaba mis párpados, mi frente, el lóbulo de mi oreja?
Olía mi cabello, rozaba mis labios con las yemas de sus dedos?
Mi respiración se aceleraba mientras le escuchaba repetir una y otra vez: “Esto es un sueño, esto es un sueño”.
Finalmente, casi sin darme cuenta, me dormí entre sus brazos.
Más tarde, desperté y le vi dormido a mi lado; su hermoso rostro, dibujaba una breve sonrisa, una paz infinita, como si por fin, hubiese alcanzado el final del camino.
? Pero entonces, vi mi cara en el espejo de aquella pequeña habitación de hotel. ¡Éramos tan jóvenes! ¡El final del camino era imposible aún!
Y me levanté, me duché mientras las lágrimas entremezcladas con el agua, bañaban mis mejillas.
Busqué en el escritorio una cuartilla y un lápiz y escribí una nota.
Abrí la puerta de la habitación; fuera había un enorme jarrón con unas rosas de tela. Cogí una y me acerqué a la cama con la nota en una mano y la rosa en la otra, coloqué ambas sobre mi almohada que aún seguía caliente y, tras depositar un tierno beso en su frente, salí y cerré la puerta tras de mí.
Y corrí a la estación, y supe entonces que mi vida siempre sería un viaje, un viaje que comenzaría cada día en alguna estación, tomando siempre el siguiente tren. Un tren que pasaría en cualquier momento y me llevaría hacia resto de mi vida. No podía, no debía dejar pasar mi tren.
Y quise creer que él lo entendería al despertar, y sonreiría; o quizá me odiaría.
Allí, junto a la rosa, tendría mi explicación, su explicación: “Sí, ha sido un sueño, un bonito sueño. Y como todos los sueños, termina al nacer un nuevo día. ¡Quién sabe, quizá volvamos a encontrarnos en algún otro sueño!
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