Una Semana Santa de “calado artístico”
Está considerada como una de las Semanas Santas más artísticas de Canarias, un auténtico museo de arte sacro que exhibe en la calle un relevante patrimonio. “Esta manifestación religiosa de calado artístico y etnográfico reúne en Santa Cruz de La Palma una serie de peculiaridades que le otorgan un puesto destacado dentro del calendario regional anual”, asegura Manuel Poggio, cronista oficial de la capital, en un artículo recogido en el programa de 2013 de la celebración. “En los últimos treinta años la semana mayor santacrucera ha logrado conjugar una serie de elementos que la distinguen con nitidez de otras celebraciones similares”, expone. “Para ello, se han ligado sabiamente componentes de arraigada solera junto a otros de recién instauración”, agrega.
El rasgo más característico de la Semana Santa capitalina, en opinión de Poggio, es “la propia configuración urbana de la capital”. Declarada conjunto Histórico-Artístico en 1975, Santa Cruz de La Palma “proporciona a los desfiles procesionales estampas de gran belleza: las salidas desde la plaza mayor o desde las conventuales, el tránsito por las adoquinadas o empedradas, sinuosas y empinadas calles o el paso frente a pintorescos rincones confluyen en definir una serie de perspectivas de particular sabor”, dice.
Otra de las peculiaridades de esta manifestación religiosa en la capital es “la disposición secuencial de las procesiones. Todos los cortejos que toman parte en el casco urbano de la capital insular se suceden siguiendo el riguroso orden relatado en las escrituras, lo que le confiere una carga parateatral”, asegura Poggio, quien destaca, asimismo, “la riqueza y variedad de su imaginería”. Santa Cruz de La Palma, recuerda el cronista oficial de la ciudad, “reúne tallas procedentes de las antiguas provincias de los Países Bajos, de la América colonial, de la escuela sevillana del siglo XVIII, del romanticismo insular ?con la presencia de algunas de las mejores obras de Fernando Estévez- y de los dos periodos más brillantes de la escultura local: por un lado el barroco ?con piezas de Domingo Sánchez Carmona y Marcelo Gómez de Carmona- y por otro, el neoclasicismo ?con los aires del padre Díaz, Aurelio Carmona López, Nicolás de Casas Lorenzo o José Aníbal Rodríguez Valcárcel”.
La Semana Santa de la capital destaca también por su “organización procesional”. Las cinco cofradías de capuchinos fundadas en Santa Cruz de La Palma “han sabido conservar la vieja tradición dispositiva de los antiguos cortejos procesionales, elidiendo cualquier copia procedente de otras latitudes y hollando siempre en las raíces locales”, comenta Poggio. Además, añade, “conviene hacer hincapié en uno de los atributos más llamativos de estas hermandades: la danza a ritmo de tambor que acompaña sus salidas en la calle; originada en el denominado 'Baile del Señor', un delicado balanceo que comenzó a ejecutarse desde la década de 1940 al Cristo Difunto, se ha convertido en uno de los atributos más originales de la semana mayor capitalina”.
El último de los elementos singulares de la Semana Santa capitalina es el componente musical. “En este terreno, la primera circunstancia destacable es el valioso patrimonio de marchas procesionales ofrecidas el viernes Santo”, explica el cronista. “En pocas poblaciones de España ha pervivido un conjunto de piezas tan arcaicas como el que se interpreta en Santa Cruz de La Palma en esta jornada”, indica. Una de ellas, 'Amor eterno', del músico local Alejandro Henríquez, “es posiblemente la pieza pasionista para banda más antigua del Archipiélago canario”, afirma. Por otro lado, “durante los últimos años la recuperación de los tradicionales motetes y de las ancestrales chirimías, o el estreno de marchas y partituras compuestas ex profeso para estas fechas ?como las debidas a Luis Cobiella, José Luis Peiró o Juan Francisco Medina- acrecientan el interés cultural de esta manifestación religiosa”.
En el apartado musical, Poggio inserta “la interesantísima aportación de la palmera por el compositor e intérprete Luis Morera, una pieza musical interpretada a capela por solista, inspirada en las tonadas de la música popular canaria”.
El cronista concluye señalando que “no cabe duda que esta escala de factores debe conducir hacia un ponderado reconocimiento de la Semana Santa de Santa Cruz de La Palma, respaldado siempre en el camino trazado hasta ahora y que no es otro que en rescatar el pasado, ennoblecer el presente y reinventar el futuro en base a la tradición y a los fundamentos más auténticos de la identidad local”.