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Opinión - ¡Con los jueces hemos topado! Por Esther Palomera

Aterrizan en España los tres presuntos etarras extraditados por el Reino Unido

Los tres presuntos miembros de ETA Zigor Ruiz Jaso, Iñigo María Albisu y Ana Isabel López Monge, extraditados este martes por el Reino Unido, llegaron a primera hora de la tarde a la base aérea de Torrejón custodiados por agentes de la Policía adscritos a la Unidad de Cooperación Internacional.

Según datos del Ministerio del Interior, Zigor Ruiz Jaso, de 29 años, participó en el atentado perpetrado en febrero de 2006 contra el Instituto Social de la Marina de Motrico (Guipúzcoa). Ruiz Jaso, quien ya había sido arrestado en otras tres ocasiones por actividades de violencia callejera y por su pertenencia a la organización juvenil Segi, tiene tres requisitorias judiciales por un delito de terrorismo, pertenencia a banda armada y ocupación de inmuebles.

Por su parte, Ana Isabel López Monge, de 36 años y natural de Bilbao, está presuntamente implicada en las actividades del comando Olaia de ETA, por lo que la Audiencia Nacional había ordenado su búsqueda, detención e ingreso en prisión por pertenencia a banda armada y tenencia de explosivos. El tercer extraditado, Iñigo María Albisu Hernández, de 23 años, también estaba reclamado por la Audiencia Nacional por pertenencia a organización terrorista y estaba implicado en diversos actos de kale borroka en la capital donostiarra.

Los tres presuntos etarras habían sido detenidos en la localidad de Sheffield, al norte de Inglaterra, el pasado 27 de abril y estaban reclamados por la Audiencia Nacional por pertenencia a banda armada. El pasado 14 de diciembre, los tres presuntos etarras perdieron el recurso de apelación que habían presentado contra su entrega a las autoridades españolas.

La captura fue consecuencia de la operación efectuada por la Guardia Civil en marzo de 2007, en el que fue desarticulado el comando Donosti de ETA.

Asesinato de un sargento de la Guardia Civil

El Tribunal Supremo (TS) confirmó la sentencia de la Audiencia Nacional que condena a 30 años de prisión al etarra Juan Carlos Iglesias Chouzas, alias Gadafi, por el asesinato del sargento de la Guardia Civil Pedro Carbonero el 19 de noviembre de 1991. Así lo acuerda la sala de lo penal del TS en una sentencia en la que desestima el recurso interpuesto por los cuatro hijos de la víctima y la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) contra la dictada por la Audiencia Nacional en enero de 2007.

La Audiencia también condenó a Gadafi a indemnizar a la pareja del sargento con 180.000 euros y a los cuatro hijos de éste con la misma cantidad, quienes reclamaron al TS que se elevara la cuantía indemnizatoria al existir un agravio comparativo en relación a otras sentencias de terrorismo, lo que no estima el Alto Tribunal. El tribunal consideró probado que Gadafi y el ya condenado Javier Martínez Izaguirre -ambos miembros del comando Vizcaya de ETA- planificaron en noviembre de 1991 matar al sargento Pedro Carbonero.

Tras realizar las comprobaciones correspondientes a la localización e itinerarios del agente los dos terroristas decidieron llevar a cabo su acción el 18 de noviembre de 1991. Ese día, por la tarde, fueron trasladados por Juan Manuel Tobalina -también condenado por estos hechos- en un vehículo hasta Galdácano, donde Gadafi y Martínez Izaguirre tomaron un taxi.

Instantes después de iniciado el trayecto se identificaron al conductor como miembros de ETA y le obligaron a que los llevara hasta el barrio de Elejalde, “donde le hacen descender, continuando aquellos con el vehículo”. Sin embargo no localizaron al sargento y regresaron al lugar donde habían dejado al taxista, “obligándole a llevarles hasta Basauri, donde Iglesias Chouzas y Martínez Aguirre se apean, entregan al conductor 3.000 pesetas (18 euros) y le advierten que no denuncie lo sucedido”.

Al día siguiente, ambos volvieron a trasladarse hasta Galdácano y sobre las 20:40 horas tomaron un taxi y tras exhibir al conductor una pistola, diciéndole: “somos miembros de ETA”, le obligaron a que se bajara del coche en las proximidades del Ayuntamiento. A continuación los dos se dirigieron hacia la calle Juan Bautista Uriarte y a la altura del número 53 localizaron a Carbonero, quien regresaba hacia el cuartel de la Guardia Civil en compañía de su pareja y recibió por parte de Gadafi, que se sitúo a su espalda a una distancia aproximada de un metro, tres disparos.

Dos de los disparos le alcanzaron la zona izquierda del tórax, y una vez en el suelo, Gadafi le disparó una vez más desde un metro de distancia en la región occipital. Los tres impactos alcanzaron zonas vitales, por lo que el guardia civil falleció de inmediato, mientras que el acusado y la otra persona ya condenada fueron a pie al domicilio de Juan Manuel Tobalina, quien les dio refugio para que no fueran localizados.

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