ETA copa la pugna Zapatero-Rajoy tras el anuncio de 2.500 euros por hijo

En el decimonoveno debate sobre el estado de la Nación, Zapatero y Rajoy se acusaron mutuamente de “mentir” a los españoles en la política antiterrorista y el líder de la oposición pidió un adelanto electoral que fue rechazado por el jefe del Ejecutivo. El anuncio del debate fue la ayuda de 2.500 euros a las familias por cada nuevo hijo, una medida que, cuando la apruebe el Consejo de Ministros, será retroactiva hasta este martes.

En el hemiciclo Zapatero y Rajoy se cruzaron durísimos reproches y alusiones personales, hasta el punto de que el primero llamó “faltón” al líder del PP y este se quejó de que le hubiese puesto “de vuelta y media”. Zapatero censuró que el PP haya centrado la oposición al Gobierno en la lucha antiterrorista, haciendo “propaganda gratuita” a los etarras y dañando al Estado, y Rajoy le exigió que hiciera públicas las “actas” de las supuestas reuniones mantenidas con ETA para demostrar su “inocencia” y que no lleva “tres años tratando de engañar a todo el mundo”.

El jefe del Gobierno consideró “tristísimo” que Rajoy iniciara su oposición con ETA y la acabara con ETA y le avisó de que los ciudadanos le censurarán en las urnas, porque nunca avalarán una política guiada por el “resentimiento”. Con anterioridad Rajoy le había acusado de romper el Pacto Antiterrorista, de traicionar la confianza de los españoles y de haber engañado a toda la sociedad.

“No entreguemos a los terroristas, ni ahora ni nunca, el premio de nuestra desunión”

El presidente del Gobierno aseguró que será implacable en la derrota de ETA, justificó su decisión de explorar las posibilidades de un final dialogado de la violencia, una responsabilidad que asumió personalmente, y garantizó que no queda “vía alguna para el diálogo”, ni “margen alguno para intentarlo”.

Pidió además unidad a todas las fuerzas políticas para resistir el ataque terrorista. “No entreguemos a los terroristas, ni ahora ni nunca, el premio de nuestra desunión”, requirió.

La lectura de Rajoy fue bien distinta, pues, de acuerdo con su criterio, Zapatero ha “engañado” a los ciudadanos con el “gran fraude de la falsa oportunidad para la paz” con ETA. Recordó que ha ofrecido al Ejecutivo su apoyo para derrotar a ETA, pero “no impunidad y mucho menos complicidad”.

“No era usted quien exploraba a ETA. Era ETA quien estaba explorando hasta dónde podía llegar usted”, observó, convencido de que “desde el primer día que hablaron con ETA sabía que no pensaba rendirse y lo aceptó”.

Exigencia de las actas de “negociación” con los terroristas

Rajoy dedicó casi todo su tiempo de réplica a exigir a Zapatero que muestre las actas de la “negociación” con ETA que prueben “su inocencia”, porque de lo contrario, dijo, debe tomar “inmediatamente el camino de la Zarzuela” para renunciar a su cargo.

A su juicio, “su mandato ha concluido ya” y debe adelantar las elecciones generales. Zapatero dejó claro, no obstante, que su intención es agotar la legislatura y “cumplir con el encargo dado por los ciudadanos”.

No faltaron tampoco en el debate alusiones a las misiones de las tropas españolas en el exterior, sobre todo en el Líbano, donde el pasado 24 de junio murieron seis militares. Rajoy acusó a Zapatero de falta de “gallardía” por no dar explicaciones sobre la naturaleza de la misión en ese país en “guerra”, teoría refutada por el presidente, quien, pese admitir el riesgo, recalcó que una acción de guerra “es invadir un acuerdo y sin legitimidad” de la ONU, como ocurrió en Irak.

“Un España mucho más fuerte que en 2004”

El jefe del Ejecutivo repasó los logros de su Gobierno, avanzó algunos compromisos de futuro y se detuvo especialmente en la buena situación económica y en las políticas sociales. Zapatero, que fue interrumpido en medio centenar de ocasiones por los aplausos de los diputados socialistas, destacó también su política territorial y seguridad, y presentó ante el Congreso una España “mucho más fuerte que en 2004”.

Aseguró haber cumplido sus principales compromisos de investidura y dibujó un panorama optimista del país, que es, dijo, más rico, más digno, más decente y más libre y que tiene ahora “voz propia” en el mundo. “La foto fija de 2007 nos muestra, en muchos aspectos, una España positiva, pero sólo si la superponemos a la foto de la España de 2004 seremos plenamente conscientes de cuánto y cómo hemos cambiado”, apreció.

Rajoy no compartió sus reflexiones y consideró que Zapatero “representa un paréntesis, una triste pausa en la evolución de la España democrática”. España “padece tres años de siesta gubernamental”, apostilló antes de admitir que Zapatero no ha estropeado la economía, porque tuvo el “acierto de dejar las cosas” como estaban.

Sin embargo, criticó las políticas relativas a educación, inmigración, exteriores, energía, vivienda, infraestructuras y de agua. “Deja la Nación en peor estado de como la encontró y ya nadie espera que la mejore”, se lamentó el líder de la oposición, en cuya opinión sólo hay una decisión de Zapatero que pueda interesar a los españoles: la fecha de las elecciones.

La Ley de Memoria Histórica, la gestión de la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña y los “apaños” con los terroristas fueron tres de los comportamientos que Rajoy reprochó con más ahínco al jefe del Ejecutivo. Ante este discurso Zapatero recordó cómo Rajoy se equivocó al pronosticar “el despilfarro, el desempleo del déficit” y cómo “mintió” al decir que el Gobierno iba a acabar con la familia y la educación concertada y que iba a romper España.

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