Familiares de los asesinados por 'Capullo' piden “justicia”
MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
La acusación particular de la familia del policía nacional Antonio Gómez García, guardaespaldas del delegado de Telefónica en Guipúzcoa, Enrique Cuesta Jiménez, asesinados ambos por ETA el 23 de marzo de 1982, han pedido este miércoles “justicia” en el juicio celebrado en la Audiencia Nacional contra en terrorista José Antonio Zurutuza Sarasola, alias 'Capullo' porque “ellos no empuñan las armas”.
Durante la tercera y última sesión del juicio contra 'Capuyo', acusado de efectuar los tres disparos que terminaron con la vida de Cuesta y Gómez, en la que han explicado sus conclusiones las acusaciones y la defensa. Las acusaciones han recordado que piden para Zurutuza 30 años de prisión por cada asesinato, cinco años de alejamiento de las familias y 2.200.000 euros de indemnización. La misma pena de prisión es solicitada por el Ministerio Público.
Por su parte, la defensa del etarra, ha pedido “una sentencia absolutoria” y, en caso de que no sea así, que se considere la prescripción de los delitos de asesinato por haber transcurrido más de 20 años. Asimismo, 'Capullo' se ratificó en su declaración y aseguró que no fue “el autor de los asesinatos”.
El abogado de la familia del policía pidió que se tenga en cuenta “el hecho humano que trasciende de cada juicio de terrorismo, donde se siegan vidas”. “Antonio Gómez era un chico de 24 años, con una esposa de 21 y un niño de tres meses, el esfuerzo que tiene que hacer una madre y su hijo condenado a crecer sin su padre”, subrayó el abogado.
DOS FAMILIAS DESTRUIDAS
Añadió que las dos familias quedaron “destruidas” tras el atentado porque “la vida se hace muy dura cuando pierdes a un ser querido de esa manera”, además, recalcó que “han sufrido durante muchos años al no ver cumplido el sueño de la justicia”.
Las acusaciones hicieron hincapié en que durante el juicio quedó acreditado que se respetó siempre la presunción de inocencia y, coincidiendo con la opinión del fiscal, que no puede aplicarse la prescripción porque no se abandonó el caso a pesar de que pasaron más de 20 años.
Los abogados hicieron alusión también a las declaraciones de los etarras ya condenados por esos mismos hechos: Joaquín Zubeldía, Francisco Javier Taberna y María Arantzazu Carrera, que en su testimonio inicial, tras ser detenidos, coincidieron en situar al acusado en el lugar de los hechos y señalar que su pistola fue la única que disparó, a pesar de que durante la vista oral se desdijeron de sus palabras.
La defensa de la familia Cuesta también puso de manifiesto las contradicciones durante el juicio entre la versión del acusado, que aseguró conocer a Carrera del Club de Montaña de Tolosa, mientras que ella declaró no conocerlo de nada.