Francia confirma la participación de los etarras detenidos en el último atentado
Los expertos antiterroristas franceses acumularon este jueves pruebas de todo tipo para demostrar la implicación de los dos presuntos etarras detenidos ayer en el asesinato de dos guardias civiles españoles el 1 de diciembre en Capbreton (sur).
El Ministerio francés del Interior hizo público un comunicado en el que señala que diferentes indicios permiten deducir que los dos detenidos en Châteauneuf-de-Randon “han participado en el homicidio” de los agentes Raúl Centeno y Fernando Trapero. La propia titular de ese departamento, Michelle Alliot-Marie, hizo la misma declaración a la prensa tras el Consejo de Ministros y horas más tarde le hizo eco desde Madrid su colega español, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien aludió a la existencia de “pruebas de tipo biológico” que confirman “al cien por cien” la presencia de los dos arrestados entre los tres etarras presentes en Capbreton.
Más prudentes se mostraron los investigadores y representantes judiciales franceses, acostumbrados a tratar con cautela este tipo de casos y que hoy se dedicaron a acumular pruebas para demostrar la responsabilidad de los detenidos en el atentado. El modo de pensar de estos expertos lo resumió ante la prensa el fiscal jefe de París, Jean-Claude Marin, quien hizo un relato de los hechos tal como se han hilvanado hasta ahora gracias a las pruebas balísticas, genéticas y las autopsias, cuyo estudio prosigue.
Mientras las autoridades españolas dicen que los detenidos son Asier Bengoa y Saoia Sánchez, los investigadores franceses ratifican el nombre de él, pero optan todavía por dar a la mujer el de Amaya Alonso, aunque reconocen que en su poder se hallaron numerosos documentos falsos. La hipótesis con la que trabajan los investigadores franceses consiste en que fue ella la que disparó contra los agentes, aunque es preciso examinar con detalle las autopsias y la trayectoria de las balas.
Sin embargo, las pistolas que llevaban encima en el momento de su detención no fueron la empleada en el tiroteo, según las pruebas balísticas, lo que sugiere que se pudieron deshacer de ella o se la quedó el tercer integrante del grupo, aún buscado.
Identificación de los testigos
Diferentes testigos han identificado a ambos físicamente e incluso algunas pruebas genéticas encontradas en el lugar del atentado apoyan la idea de que están implicados, como la aportada por un cepillo de dientes. La impresión de los investigadores es que los tres etarras se percataron en la cafetería de Capbreton de que los dos jóvenes españoles que llegaron después eran guardias civiles, gracias a la conversación.
En el exterior, incluso registraron el coche de Trapero y Centeno y se llevaron uno de sus carnés profesionales para confirmar que eran agentes de la Benemérita antes de proceder a su asesinato. Este hecho llevó este jueves al fiscal Marin a asegurar que se trató de una acción “premeditada” y no “fortuita”.
En un coche que emplearon durante su fuga los expertos han encontrado un centenar y medio de casquillos, lo que indica que pudieron haber hecho prácticas de tiro en algún lugar aislado y luego haber recogido ese material. Los casquillos son del mismo calibre que el empleado en el asesinato de los guardias civiles.
El interrogatorio empezó este jueves y los investigadores franceses sólo han conseguido que los dos detenidos hayan admitido su pertenencia a ETA, sin que hayan respondido a otras preguntas.
“Agujero” de 48 horas
Los expertos admiten que hay un “agujero” temporal de 48 horas desde mediodía del 1 de diciembre, unas horas después del crimen, hasta que los dos detenidos ayer intentaron robar un coche a punta de pistola en la zona de Périgueux. Ese período es importante para saber qué pasos pudo seguir el tercer integrante del comando, un hombre, cuya búsqueda sigue, aunque el fiscal Marin reconoció que con el paso del tiempo será más difícil encontrarlo, a pesar del dispositivo que se mantiene.
La fase de custodia policial se prolongará hasta el domingo, momento en el que pasarán a disposición de la Justicia. En ese plazo los expertos intentarán juntar todas las pruebas posibles para una imputación concreta, aunque el fiscal Marin admitió hoy que “aún es pronto” para que sea por asesinato.
Por motivos de seguridad la Policía eludió comentar en qué momento los detenidos serán trasladados desde Montpellier a París, aunque debía producirse durante la tarde-noche de hoy.
Aterrizaje del cuerpo de Fernando Trapero
Por su parte, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, confirmó que los dos etarras detenidos en Francia formaban parte del comando que el pasado sábado tiroteó a dos guardias civiles en el suroeste francés, el mismo día en el que llegaron a España los restos mortales del agente Fernando Trapero.
“Mi hijo se mantuvo con vida” hasta la detención de los terroristas, dijo su padre, Fernando Trapero, quien, muy emocionado, agradeció las muestras de cariño que ha recibido la familia. La coincidencia de la muerte de Trapero con la detención de sus supuestos asesinos no pasó por alto a su padre: “En el momento en el que nos daban la noticia (de la detención de los etarras), en ese momento, fallecía mi hijo”.
Un avión C-295 de la Fuerza Aérea Española fue el que trasladó hasta la base aérea de Getafe, en Madrid, los restos mortales de Trapero, de 23 años, fallecido el miércoles en un hospital de Bayona, cuatro días después del atentado de ETA que costó la vida en el acto a su compañero Raúl Centeno. El cuerpo del agente fue recibido por los ministros del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y de Defensa, José Antonio Alonso, que quisieron arropar con su presencia a los padres, la hermana, el cuñado y la novia de Trapero.
Después, un piquete de ocho compañeros del grupo de apoyo operativo bajaron a hombros el féretro, cubierto con la bandera española y un tricornio. El capellán castrense de la Dirección General de la Guardia Civil ofició un breve responso y el féretro fue conducido al coche fúnebre, que partió en dirección al colegio de la Guardia Civil Duque de Ahumada, en Valdemoro, donde se instaló la capilla ardiente.
Por deseo expreso de los familiares, el velatorio se desarrollará en la intimidad y durante el mediodía del viernes se celebrará un funeral de Estado, presidido por los Reyes y los Príncipes de Asturias. Fernando Trapero fue enterrado por la tarde en la localidad de El Tiemblo, situada a 45 kilómetros de Ávila, de donde es originaria su familia.
Precisamente El Tiemblo se convirtió este jueves en el epicentro del dolor y allí se celebró una emotiva concentración silenciosa, cargada de indignación contenida y rota por los llantos de los amigos del guardia civil.
“Pruebas de tipo biológico”
En una rueda de prensa celebrada en el Congreso de los Diputados, Rubalcaba aseguró que existen “pruebas de tipo biológico” que confirman “al cien por cien” que los dos presuntos etarras detenidos ayer por la Gendarmería francesa forman parte del comando que el sábado tiroteó a los dos guardias civiles españoles en Capbreton (Francia).
Asier Bengoa López de Armentia y Saioa Sánchez Iturregi son los dos presuntos etarras que formaban parte del comando, que, según el ministro, se disponía a entrar en España para atentar y, de hecho, habían hecho prácticas de tiro. “Estaban preparándose para matar”, subrayó Rubalcaba, quien apuntó que los esfuerzos en la investigación se centran ahora en localizar al tercer integrante del comando responsable del atentado.
Se mostró, sin embargo, extremadamente cauteloso a la hora de ofrecer datos sobre las investigaciones, y tampoco quiso confirmar si el tercer integrante del comando ya ha sido identificado, y mucho menos si se trata del dirigente etarra Mikel Garikoitz Aspiazu, Txeroki. No obstante, sostuvo: “El tercero también caerá”.
Abundante material incautado
Por otra parte, efectivos de la Guardia Civil registraron la pasada madrugada el domicilio en Vitoria del presunto etarra Asier Bengoa López de Armentia y se incautaron de abundante material, informaron fuentes de la lucha antiterrorista.
El registro se llevó a cabo desde la medianoche hasta las seis y media de la mañana aproximadamente en un domicilio y un trastero ubicados en el número 46 de la calle Gorbea de la capital alavesa, de donde los agentes sacaron unas ocho cajas y bolsas con diverso material. En el registro, tomaron parte medio centenar de miembros de la Guardia Civil uniformados y de paisano.