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El PP tiene ''mucho morro'' y el PSOE ''mucha cara''

Socialistas y populares se reprocharon este domingo recíprocamente tener “mucho morro” y “mucha cara” por hablar de corrupción en esta campaña electoral, negándose mutuamente legitimidad para hacerlo, en una jornada en la que empiezan a definirse los ejes de sus discursos.

Así, José Luis Rodríguez Zapatero no respondió a los envites del PP ni se refirió a los asuntos de actualidad, sino que volvió a hablar de corrupción y presentó en Valladolid a su partido como la garantía en la lucha contra la especulación urbanística frente a la “política del ladrillo” del Partido Popular.

No aclaró si -como le pidió este sábado Rajoy- ha barrido primero en su casa antes de volver a hablar de estos asuntos, y responsabilizó a la ley del suelo que impulsó el PP de haber provocado “el mayor número de casos de especulación y corrupción urbanística que hemos tenido en este país”.

El ex presidente del Gobierno Felipe González entró a echarle un capote a Zapatero y aseguró que el PP tiene “mucho morro” al pedir investigaciones sobre la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, cuando José María Aznar, dijo, se dedicaba a “colocar amiguetes” en las empresas públicas.

“El PP no puede dar lecciones de honradez”, aseguró en Badajoz un González dispuesto a “darle caña” a la oposición, convencido como dijo ayer de que “para templar al PP, primero hay que pararlo”.

Pero es que tampoco el secretario general del PP, Ángel Acebes, ve legitimado a su principal rival para hablar de corrupción y, por eso, consideró en Almería que hay que tener “mucha cara” para que los socialistas hagan de este asunto uno de sus ejes de campaña.

Zapatero es el “alumno aventajado” de Felipe González en “despilfarro y corrupción”, dijo Acebes.

En cuanto a Mariano Rajoy, la idea fuerza de sus intervenciones en este maratón electoral está clara: Zapatero no es lo suficientemente firme con ETA-Batasuna.

Lo tiene tan claro que saca el tema hasta cuando habla de inmigración en Canarias, donde aseguró que la primera ley de un gobierno del PP sería una que impidiese nuevas regularizaciones de inmigrantes como las que hizo el PSOE y que, en su opinión, están en el origen de que este fin de semana hayan llegado en cayuco al archipiélago unos 500 inmigrantes subsaharianos.

Rajoy criticó que Zapatero calle en estos temas, igual que hace pese a que en el PP están convencidos de que, con una u otra marca, la izquierda abertzale radical se va a colar en los comicios del 27-M.

Las novedades de este domingo al respecto fueron la publicación en un diario de una información sobre una supuesta reunión de ETA con enviados del Gobierno -que el Ejecutivo ha desmentido rotundamente- para hablar de elecciones, y la petición expresa por parte de Batasuna del voto para Asociación Nacionalista Vasca (ANV).

Si el equipo de Zapatero “tuviera lo que hay que tener”, según el dirigente vasco del PP Carmelo Barrio, ya hubiera instado la ilegalización de este último partido, algo que volvió a pedir que hiciera hoy mismo, una vez que Batasuna ha hecho públicas sus preferencias electorales.

Aún por Andalucía, el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, se reunió en Puerto Real (Cádiz) con los trabajadores de Delphi y comparó a PP y PSOE en su facilidad para lanzar “señuelos electorales”.

Criticó que, mientras uno ofrece Fórmula Uno -en Valencia- el otro condiciona la solución a los empleados de Delphi a una victoria electoral socialista y no hace propuestas reales.

Y es que cuando los dos grandes partidos se acusan mutuamente de algo, algunos como Llamazares deben pensar: “...le dijo la sartén al cazo”.

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