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'Txapote' vuelve hoy a la Audiencia Nacional

MADRID, 24 (EUROPA PRESS)

El ex jefe militar de ETA Javier García Gaztelu, alias 'Txapote', volverá hoy a sentarse en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional para ser juzgado por la incautación de dos furgonetas con más de 1.700 kilos de explosivo en la provincia de Zaragoza en diciembre de 1999, por la que podría ser condenado a nueve años de cárcel.

El fiscal Daniel Campos ha solicitado que se le imponga esta pena por un delito de tenencia de explosivos cometido por persona perteneciente a grupo terrorista. El juicio se celebrará ante la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.

La última causa que llevó a 'Txapote' a este tribunal fue el intento de asesinato de dos guardias civiles en Bilbao en el año 2000. Durante el juicio, que quedó visto para sentencia el 4 de febrero y se encuentra en espera de sentencia, el Ministerio Público solicitó una pena de 43 años de cárcel para el etarra por planear y proporcionar el material necesario al 'comando Vizcaya' para ejecutar el atentado, que finalmente se vio frustrado.

La última condena en la Audiencia Nacional a 'Txapote' es del pasado diciembre, cuando la Sección Segunda de la Sala de lo Penal le impuso una pena de 46 años de prisión al ex jefe de ETA y a su pareja, Irantzu Gallastegi Sudupe, 'Amaia', por el asesinato el 9 de enero de 1998 del concejal del PP en Zarautz (Guipúzcoa) José Ignacio Iruretagoyena.

EXPLOSIVOS DESDE FRANCIA A MADRID

En este caso, los hechos se remontan a diciembre de 1999, cuando la banda terrorista decidió transportar desde Francia hasta Madrid una importante cantidad de explosivo “cuyo último destino y uso no ha llegado a determinarse”, tarea que se le encargó al comando 'Basurde', integrado por Igor Martínez de Osaba Arregui, Alicia Sáez de la Cuesta y José María Novoa Arroniz, todos ya juzgados y condenados por estos hechos.

Para ello, el 19 de diciembre de ese año los miembros de este comando de ETA se desplazaron en un Renault Clio propiedad de Novoa hasta la localidad francesa de Dax, donde se reunieron con 'Txapote'. Según el fiscal, el procesado llevó a los tres etarras hasta una casa, cuya ubicación se desconoce, donde, junto a otras dos personas “no suficientemente identificadas”, se les dio instrucciones para el transporte y les hicieron entrega de 100.000 (unos 600 euros).

Esa madrugada, 'Txapote' trasladó nuevamente al comando hasta el lugar donde se encontraba el coche de Novoa, a bordo del cual los tres integrantes del comando viajaron hasta la localidad de Bagneres de Luchon, cercana a la frontera con España, y en la que se reunieron con una de las personas con las que estuvieron en la casa la noche anterior.

En ese contacto, repasaron las instrucciones y se les proporcionaron dos furgonetas, una Citroen Jumper y una Peugeot boxer, con las que emprendieron viaje hacia Madrid. Novoa y Martínez de Osaba conducían cada uno una furgoneta y Sáenz de la Cuesta se hizo cargo del Renault Clio, haciendo funciones de lanzadera.

Sin embargo, sobre las 15.30 horas de ese día, cuando los tres vehículos circulaban por la Nacional II a la altura de Cetina (Zaragoza), agentes de la Guardia Civil de Tráfico dieron el alto a la furgoneta Citroen, conducida por Novoa, por una infracción reglamentaria. Los agentes descubrieron la carga y procedieron a la detención de su conductor.

Al darse cuenta de la situación, tanto Martínez Osaba como Sáenz de la Cuesta abandonaron sus vehículos en las localidades zaragozanas de Contamina y Calatayud y se dieron a la fuga. Los dos llegaron a Barcelona, donde estuvieron escondidos hasta que cruzaron nuevamente la frontera con Francia en marzo de 2000 y llegaron a la localidad de Tarbes.

En ese municipio galo fueron recogidos por 'Txapote', que “les dio cobijo en un piso cuya concreta ubicación en territorio francés no ha podido establecerse”, y en el que estuvieron seis meses, hasta que el ex responsable de ETA les dio nuevas instrucciones para que volvieran a España “para continuar con sus ilícitas actividades”.

En la furgoneta Citroen, conducida por Novoa, se transportaban 950 kilos de cloratita, 50 kilos de dinamita goma y 300 gramos de amonita. Mientras tanto, en la Peugeot de Martínez Osaba se intervinieron 688,5 kilos de cloratita, 50 kilos de dinamita goma y 300 gramos de amonita, con el sistema eléctrico de ignición. Ambas cargas llevaban listo el sistema de ignición, para cuya activación bastaba la conexión de los detonadores.

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