Zapatero dice que la derecha radical de Rajoy le impide liderar la España plural
El jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cree que Mariano Rajoy no puede gobernar la pluralidad de España por estar en posiciones radicales de derecha con actuaciones como la exclusión de Alberto Ruiz Gallardón, el caso del hospital Severo Ochoa o la pretensión final de derogar la ley del aborto.
Zapatero clausuró en Granada la Conferencia política que ha celebrado el PSOE de Andalucía para aprobar su programa electoral ante los comicios autonómicos del 9 de marzo y que coinciden con las elecciones generales.
El jefe del Ejecutivo ha dicho que durante los últimos cuatro años se ha comprobado cómo el PP se iba “cada vez más a la derecha”, y ha subrayado que, cuando eso ocurre, no se puede garantizar la pluralidad ni en la propia formación política.
Tras precisar que por eso Rajoy ha dejado fuera de las listas del PP a Ruiz Gallardón, se ha preguntado si el líder del PP puede garantizar la pluralidad de España cuando no es capaz de garantizarla en su propio partido.
A su juicio, el PP ha seguido posiciones radicales que quieren “retrotaer a tiempos de silencio, oscurantismo y dominación”, y cree que es lo que ha ocurrido al reabrirse ahora el debate sobre el aborto.
Más allá de que pueda haber habido algún caso que no se ajuste a la ley, Zapatero considera que se ha intentado hacer un juicio general y poner en cuestión la intimidad de las mujeres que deciden abortar.
“Quienes han montado esa campaña no están pidiendo que se respete la ley; lo que quieren -ha asegurado- es que se derogue la ley”.
También ha puesto como ejemplo lo ocurrido con las sedaciones en el hospital madrileño Severo Ochoa, caso ante el que ha dicho que ha estado muy preocupado por la “auténtica cacería de médicos y profesionales honrados” que cree que ha habido.
Se ha confesado igualmente preocupado por el apoyo que ha tenido el PP por parte de medios de comunicación “cercanos” al hacer “una auténtica representación indigna de lo que pasaba en ese hospital”.
“Me preocupa la insidia y la acusación falsa, métodos que no caben en un sistema democrático y que pretenden imponer una moral y una visión extremista y minoritaria”, ha añadido Zapatero antes de subrayar que se rebela ante todo ello y no lo va a consentir.
La actitud del PP ante la guerra de Irak ha estado motivada también por su viaje hacia la derecha radical, según Zapatero, quien cree que eso ha provocado también que durante la legislatura los populares no hayan hablado de economía y ahora hayan fichado a Manuel Pizarro.
El presidente del Gobierno ha recordado los compromisos en materia económica planteados por el PSOE para los próximos cuatro años y ha retado al equipo de Pizarro a que haga lo propio y diga si está de acuerdo con medidas como el aumento del salario mínimo a 800 euros.
Para Zapatero, lo que está en juego el 9 de marzo es una manera de entender la vida y la convivencia, así como el respeto a los derechos y libertades individuales.
El ha asegurado que seguirá junto a los débiles y sabrá frenar a los poderosos, rechazará la crispación y defenderá la unidad de España uniendo a los españoles, no confrontándolos.
“Con la mirada positiva, con una sonrisa amplia, con mis convicciones democráticas y laicas os voy a llevar a una gran victoria el 9 de marzo”, ha garantizado.
En relación con la polémica sobre los obispos, se ha limitado a señalar que las autoridades eclesiásticas pueden votar lo que quieran, aunque ha precisado que “no hace falta ser adivino” para saberlo.
Zapatero ha pronosticado también un gran triunfo de Chaves en las elecciones en Andalucía, autonomía que ha dicho que es “la principal fuente de energía del socialismo español, una fuente de energía limpia y renovable, porque nunca se agota”.
Previamente, Chaves ha señalado que los dirigentes del PP andaluz “son incapaces de reivindicar los ocho años de gobierno de José María Aznar”, a quien calificó de “príncipe de las mentiras y de la guerra”.
Además, ha lamentado que “esta derecha tan patriótica” diga “sin pudor” que “a los catalanes, ni agua”, en referencia a su oposición a que se lleve agua desalada de Carboneras (Almería) a Barcelona.