Asociaciones de empresarios y de viticultores de Tenerife reclaman la regulación de los 'guachinches'

SANTA CRUZ DE TENERIFE, 5 (EUROPA PRESS)

El Cabildo de Tenerife ha aprobado un documento que ha remitido a los ayuntamientos de la isla con las directrices y recomendaciones en cuanto al funcionamiento de los 'guachinches' como establecimientos de venta de vino, de cosecha propia, al menor, temporal e inocuo tras las peticiones de empresarios y viticultores.

Por consiguiente esta actividad tendrá la consideración de actividad comercializadora de vino que permita al agricultor obtener una renta complementaria a su tarea agrícola y no como actividad clasificada, como podría ser un restaurante, según informó la Corporación insular en un comunicado.

En este sentido, la pasada semana el consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, José Joaquín Bethencourt, se reunió con políticos y técnicos municipales para lograr el consenso en torno a estas recomendaciones.

El consejero insular de Agricutura, Ganadería y Pesca, José Joaquín Bethencourt, señaló que “la iniciativa del Cabildo responde a la solicitud de intervención planteada por la Asociación de Pequeños y Medianos Comerciantes del Valle de La Orotava (Apymevo) y la Asociación de Viticultores de Tenerife (Asviten)”. “Ambas organizaciones suscribieron un acuerdo relativo a la venta directa de vino por parte de los viticultores isleños con el fin de evitar que esta actividad perjudique los intereses de los propios cosecheros y del sector de la restauración”, añadió.

REGULACIÓN

Entre las propuestas planteadas en el documento destaca la obligatoriedad de realizar esta actividad en un plazo máximo de tres meses, que el único vino a la venta sea de cosecha propia y que cuente con los registros de industrias agrarias y de embotellador.

Asimismo, se deberán realizar controles de calidad del vino, declaración de la cosecha correspondiente y disponer del correspondiente carné de manipulador de alimentos.

Además se podrán abrir estos punto de venta de vino en suelo rústico de protección agraria siempre que la actividad esté vinculada a la producción, transformación, comercialización o cualquier otra actividad que permita la obtención de renta complementaria a la tarea agrícola, diversificando la economía del medio rural y la calidad de vida de los agricultores.

En el caso de que los establecimientos se encuentren ubicados en suelo que no sea rústico se deberá aplicar la normativa del planeamiento municipal en vigor. Por último, la solicitud para obtener la correspondiente licencia deberá presentarse en el ayuntamiento correspondiente.

“Esta medida trata en definitiva de mantener la idiosincrasia de estos establecimientos tan característicos de nuestra cultura y tradición, permitiendo aportar un valor añadido a las elaboraciones locales. Acercar la bodega al consumidor constituye un atractivo que se debe mantener y que sin duda repercutirá en una mejor comercialización de los mismos, pero no se puede permitir la competencia desleal con los restaurantes de Tenerife ni con los vinos con denominación de origen”, concluyó el consejero insular.

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