Desayuno con rosas
''Amén. Es que mi avión no espera''. Juan Fernando López Aguilar se había marcado un introito demoledor, de sólo diez minutos, eso sí, contra el polémico viaje a Venezuela del presidente del Gobierno de Canarias. Le escuchaba atento, a su izquierda, José Bono. Su viaje relámpago a Gran Canaria tenía hora de caducidad y el ex ministro de Defensa fue al grano: turno de preguntas.
El candidato socialista por Toledo no se quedó a rebufo de su compañero de Las Palmas. Trató en 25 minutos contados temas puntuales de candente actualidad, desde su citación judicial para decir “toda la verdad” sobre el caso Yak-42 a la Ley de Defensa Nacional que marca la raya entre lo “obsceno” de la guerra de Irak y lo legal y moral de la intervención en Líbano o Afganistán.
Y desayunó rosas -ni tocó la frugal comanda de café, leche, zumo y pastas- con “el ministro, perdón, es que a Juan Fernando lo veo más como ministro que otra cosa”, sin querer mojarse sobre su futuro político al frente del Congreso de los Diputados después del 9 de marzo: “Tengo un pacto conmigo mismo: no hablaré sobre eso y así no me equivocaré”.
Fue en los estertores del desayuno de trabajo convocado por el PSC-PSOE en el Hotel Meliá Las Palmas. Con el delegado del Gobierno, Salvador García Llanos, mirando el reloj y el coche dispuesto para salir pitando hacia Gando. Y la pregunta final ante el dribling del candidato caía en boca de gol: “¿Es que teme por los resultados?”.
“No nos sobra ni un voto, hay que ir a votar porque si no vuelven estos”, advirtió José Bono con su particular humor mesetario para dejar claro que su partido “no alardea de la victoria, esto no está ganado, pero hay una tarea realizada que la gente va a juzgar el 9 de marzo”.
Fue el tiempo de repartir hostias (con perdón, de la Iglesia y el Partido se habló la noche anterior) con frases contundentes como que “tenemos un líder que es José Luis Rodríguez Zapatero y el PP tiene un jefe de filas moribundo, ante el deseo de Gallardón y Esperanza Aguirre por sucederle”.
Y el mensaje final ante la duda de si la movilización electoral no será tan amplia como en 2004: “Criticar a la derecha y no ir a votar es tanto como favorecer a la derecha”. Pide Bono que la gente acuda a las urnas el 9 de marzo. “Sobre todo los nuestros, claro”. Será.