Fiscalía pide 25 años de prisión a un acusado de inducir a niñas a la prostitución sadomasoquista en Gran Canaria
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 23 (EUROPA PRESS)
La Fiscalía ha solicitado imponer 25 años de prisión para un hombre acusado de presuntamente inducir a niñas a la prostitución sadomasoquista en su vivienda en Arucas y en un “negocio” que regentaba en Las Palmas de Gran Canaria.
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas celebrará mañana (10.00 horas) el juicio contra A.M.L., de 54 años de edad, acusado de cinco presuntos delitos de inducción y favorecimiento de la prostitución, según el escrito de conclusiones provisionales del Ministerio Público al que ha tenido acceso Europa Press.
El escrito precisa que durante el año 2004 el acusado, de 54 años de edad, supuestamente “con la finalidad de satisfacer sus deseos sexuales”, conoció a las que entonces eran menores de edad, una niña que tenía entonces 13 años de edad, y otra chica, que tenía 15 años, a quienes propuso mantener relaciones sexuales de tipo sadomasoquista con él a cambio de dinero.
Dada la diferencia de edad y la necesidad de las menores que carecían de medios económicos, ya que la joven de 15 años había abandonado recientemente el domicilio familiar, consiguió convencerlas. Así pues, al menos en cuatro ocasiones trasladó a las niñas a su domicilio en Arucas, al norte de Gran Canaria, y presuntamente mantuvo una relación sexual con las dos y una amiga mayor de edad.
Una de las niña obtuvo por cada una de estas relaciones entre 200 y 300 euros, sin que se haya podido determinar la cantidad exacta de dinero que recibió la otra.
Tras esto, el acusado no volvió a verlas durante años, ya que las menores no querían repetir la relación sexual mantenida con el acusado, si bien éste mantuvo el contacto con una de ellas y le ofreció dinero para que le consiguiera otras chicas que tuvieran relaciones con él, cogiendo el dinero ella sin que le presentase a nadie.
DE FAMILIAS DESESTRUCTURADAS
Ya en agosto de 2008 el acusado volvió a llamarla porque había montado un “negocio” en la capital grancanaria, en el que presuntamente ofrecía a clientes relaciones sexuales sadomasoquistas para las que contaba con varias chicas no identificadas y que se habían marchado, por lo que “tenía necesidad de nuevas chicas para continuar con el negocio”, añade el escrito de la Fiscalía.
Agrega que el procesado, para evitar los problemas que había tenido con las anteriores, las buscaba entre familias desestructuradas y con problemas económicos, ya que pensaba que de esta forma “trabajarían por menos dinero y la necesidad les haría no abandonarle”.
Esta vez le dijo a la chica que había montado un negocio de páginas web y le ofreció trabajar para él, por lo que ella, que seguía estando en mala situación económica, aceptó. Al mismo tiempo, le reiteró que le consiguiese chicas e incluso en una ocasión le dio 50 euros para tenerla de su lado.
El 4 de septiembre de 2008, el acusado se desplazó hasta una zona de la capital grancanaria donde sabía que solía ir esta chica y su novia, que entonces tenía 17 años, quienes en este momento estaban con otras dos amigas de 16 años.
ASPIRANTES A ACTRIZ O MODELO
Una vez allí les enseñó una carpeta con fotografías de prácticas sexuales sadomasoquistas y les dijo que podían ganar hasta 1.000 euros si trabajaban para él manteniendo ese tipo de relaciones. Igualmente, les propuso hacerles un 'book' e incluirlas en una página web que tenía como tapadera de su negocio, en la que “aparecían como aspirantes a actriz o modelo, prometiéndoles incluso llevarlas a diferentes medios de comunicación para darlas a conocer”.
“Acuciadas por la necesidad y bajo las falsas promesas realizadas por el acusado”, las tres amigas de la chica que conocía desde 2004 accedieron a mantener relaciones sexuales con los clientes que el acusado les fuera llevando a un piso en la capital grancanaria, al que llamaba “la oficina”, precisa el escrito del Ministerio Público.
Para ello las anunció en un periódico en diversas ocasiones y las incluyó en otra página web que había configurado, en las que explicaba los servicios que ofrecían.
A.M.L., además, según el fiscal, llamaba por teléfono a los conocidos que tenía y les ofrecía a las tres menores para tener relaciones sexuales sadomasoquistas.
SU REPRESENTANTE
Para darle una “apariencia de legalidad” al negocio y mantener la confianza de las menores, el acusado firmó con todas ellas un “contrato de representación”, para el cual tuvo a su disposición el documento nacional de identidad de las mismas, por lo que “supo en todo momento la edad que tenían”, destaca la Fiscalía.
Además de las fotografías que inicialmente les enseñó, el acusado en la oficina les mostró vídeos y les explicó cómo debían hacerlo manteniendo él personalmente y en varias ocasiones, presuntamente “con la finalidad de satisfacer sus deseos sexuales”, relaciones sadomasoquistas con tres de las cuatro chicas. No se ha podido determinar cuantas veces mantuvo el acusado contactos con las menores.
El acusado, cada vez que conseguía un cliente para las menores, las iba a recoger a las proximidades de su domicilio y luego las volvía a dejar allí, a fin de “asegurarse de su presencia, llegando incluso en una ocasión a advertirles que las mataría y luego se mataría él si la dejaban”.
LAS OFERTABA COMO UNIVERSITARIAS
Las menores durante las sesiones realizaron las actividades descritas en el anuncio. No consta que los clientes tuviesen conocimiento de la edad de las chicas, ya que A.M.L. las ofertaba como mayores de edad y universitarias.
Al finalizar la semana se repartían el dinero ganado con las prácticas sexuales entre las tres chicas y el acusado, mientras que la cuarta acudía a la oficina, pero no participaba en las actividades ni consta que se lucrase con las mismas.
Por todo ello, la Fiscalía pide imponer a A.M.L. por cada uno de los cinco delitos de inducción y favorecimiento de la prostitución la pena de cinco años de prisión y multa de 28 meses con una cuota diaria de doce euros y el arresto sustitutorio de un día por cada dos cuotas impagadas.
Asimismo, solicita imponer al acusado la prohibición de acercarse o comunicarse con las cinco víctimas durante cinco años por cada uno de los delitos imputados.
Además, en concepto de responsabilidad civil, reclama que el procesado indemnice a cuatro de las chicas con 15.000 euros.