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Ilusión y desencanto a pie de urna

Marina Gil tiene 72 años, ha votado siempre desde que se instauró la Democracia y su voto quizás no sea el mismo que el de Ayoze Seberés, de 20 años, que votó por primera vez en su vida. A pesar de las diferencias, los dos comparten la misma opinión: “hay que votar porque es necesario que todos participemos para formar parte del gobierno”.

Como ellos, están citados hoy 1.466.481 de canarios a votar a sus alcaldes, presidentes de los cabildos y miembros del Parlamento, aunque algunos políticos sospechan que habrá una alta abstención. Ya Adán Martín, presidente del Gobierno canario auguró “que la playa va a ser el gran enemigo de las urnas”. No obstante, el tiempo no acompaña al día playero, po lo que la alcaldesa Pepa Luzardo se mostró optimista “este mal tiempo es apropiado para votar”.

Rozando las 15.00 horas habían acudido a votar un 28,8% de los ciudadanos, en un día electoral cuya tónica general es el madrugón de los candidatos, pero no de los votantes, sobretodo de los jóvenes que escasean en los colegios electorales. Chiti Hernández, candidata al Cabildo por Compromiso aseguró que “es normal porque los más jóvenes se levantan más tarde”. Sin embargo, Seberés cree “que a sus amigos y compañeros no les importa la política, les da igual quien salga”.

La actitud de los que no han acudido hoy a las urnas “es triste” para Antonio Torres, un ciudadano comprometido que considera que “no debería existir la duda de votar o no votar, yo tengo claro mi voto desde hace años”. Ana Lucía Monroy, monja de las Dominicas, piensa igual “yo tengo 77 años, soy una ciudadana y creo que tenemos que decidir para arreglar los problemas, mi voto lo tengo claro y creo que lo más importante de un alcalde es saber resolver con buenas soluciones los problemas de la gente”.

Fuera de los colegios electorales, Sergio junto a sus amigos moteros piensa de forma diferente: “no merece la pena votar”, e insiste que “siempre he votado hasta hoy, pero los políticos me han desencantado tanto, que no votaré más hasta que no cambie la cosa y vea más honestidad, por lo pronto me voy con la moto y unos amigos a dar una vuelta, pese al mal tiempo”.

Preparar las urnas

Mientras los ciudadanos llegan a cuenta gotas a los colegios electorales a ejercer su derecho constitucional, desde antes de las 9:00 horas de la mañana todos los convocados a trabajar detrás de las mesas electorales han organizado las urnas, la garantía de un voto secreto y la imparcialidad en la organización de los últimos momentos.

Paula González, es interventora de mesa por el Partido Popular, del colegio electoral Patrimonio Sindical de Las Palmas de Gran Canaria y asegura que cuando llegaron se tuvieron que “poner manos a la obra porque no había nada organizado y había que colocarlo todo, mesas, sobres, papeletas. Pero ya está todo listo”.

El trabajo de un domingo de elecciones para los presidentes, interventores, vocales y apoderados es “constante”, según González. En el transcurso de las elecciones los trabajadores no deben abandonar su puesto, les llevan agua y comida y ante alguna necesidad son remplazados por los apoderados el tiempo necesario. Paula González explica que “las mesas se cierran a las ocho y todo debe cuadrar, números de voto con personas que han venido, votos por correo y los nuestros. Somos los primeros en llegar y los últimos en votar”.

De todas maneras, no todos los ciudadanos se muestran contentos con el sistema de votaciones. El ciudadano Santiago Quesada evalúa irritado la organización del colegio electoral del edificio Patrimonio Sindical de Las Palmas de Gran Canaria, “Esto es un desastre” insistió, “y cada vez peor. El voto es secreto, aunque a mi no me importa decir el mío porque yo no tengo miedo, pero si es secreto ¿Por qué las papeletas están a la vista de todos y varias personas al mismo tiempo cogiéndolas?. Las cabinas con papeletas debían estar cerradas”.

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