Trib-Piden 32 años de cárcel para acusado de quemar a novia e hija en Gran Canaria por ser “lo peor de condición humana”

Una celadora afirma que cuando la mujer llegó al hospital “los cueros le caían por todos lados”

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 5 (EUROPA PRESS)

Fiscalía, acusación particular y los abogados del Estado y del Ayuntamiento de Ingenio (Gran Canaria) reclamaron hoy 32 años de cárcel para un hombre acusado de presuntamente quemar vivas a su novia y a la hija de ésta en su vivienda en Carrizal, ya que, según el fiscal, Carlos Seijo, “ejemplifica lo peor de la condición humana”.

En sus conclusiones del juicio celebrado en La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas contra E.J.R.C., el letrado de la defensa pidió la libre absolución para su cliente, al considerar que “no hay pruebas que acrediten” que él es culpable de las quemaduras de las víctimas, mientras que las otras partes le acusan de dos supuestos delitos de asesinato en grado de tentativa y dos delitos de malos tratos no habituales en el ámbito familiar.

Durante un período de cuatro meses, entre junio y octubre de 2006, el procesado mantuvo una relación afectiva con Antonia Lourdes Cabrera --conocida popularmente como Toñi Cabrera, ex cantante del grupo Vibraciones--, con la que llegó a convivir en Ingenio, junto a la hija de ésta.

En hora no determinada del 10 de octubre de 2006 se inició una fuerte discusión familiar entre él y su pareja, en la que, según el fiscal, E.J.R.C. les echó pintura y, posteriormente, las encerró en un pequeño habitáculo bajo la escalera de la casa.

Apuntó que, seguidamente, E.J.R.C. “cogió una bombona de gas e introdujo parte de la manguera por una rendija del referido habitáculo y, después de accionar el mecanismo de combustión, comenzó a quemar a ambas varias veces”, mientras les decía que “iban a tener una muerte muy feliz, que era el sueño de Morfeo”. El fiscal precisó que, según los peritos, “el corte de la manguera fue intencionado”.

LA PIEL “SE LES DERRETÍA COMO MANTEQUILLA”

Para el representante del Ministerio Público, “la intención de matar es indiscutible”, al tiempo que confesó que durante su ejercicio profesional no ha visto “un individuo con la maldad y perversidad del procesado”.

De hecho, recordó que los informes psicológicos describen su “frialdad y talante manipulador”. Seijo recordó las palabras del acusado sobre que la piel de las víctimas “se les derretía como la mantequilla” y no sintió “horror” en E.J.R.C. mientras lo afirmaba.

Así, aludió a la “frialdad asesina” del varón, cuando, al llamar al teléfono de emergencias 112, mintió sobre el lugar de los hechos, el nombre de Toñi Cabrera y el hospital al que se dirigía, ya que aseguró que iba hacia el Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín cuando en realidad fue al Hospital Universitario Insular.

Además, refirió a la “tendencia descarada del acusado de responsabilizar a los demás de sus propios problemas”. El fiscal también remarcó que el acusado “supuestamente se intentó suicidar” dos días antes de los hechos, y en esa ocasión sí llamó a una ambulancia, pero el 10 de octubre de 2006 llevó a su entonces pareja y a la niña en su vehículo particular al hospital y, antes, paró en una farmacia para “comprar una pomada”.

“EL REMEDIO ERA UNA POMADA”

“Se quemaban vivas, se estaban muriendo y el remedio era una pomada”, reprochó el fiscal, que incidió en la importancia de las quemaduras de las dos y, en particular, de Antonia Cabrera, que sufrió quemaduras de primer y segundo grado en el 42 por ciento de su cuerpo. No en vano, tras ser atendida en el Hospital Insular, requirió su traslado a la Unidad de Quemados del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, donde permaneció 19 días en coma.

Igualmente, destacó que el procesado fue detenido el 14 de octubre de 2006 en el aeropuerto de Gran Canaria por la Guardia Civil cuando intentaba viajar hacia Madrid y, de ahí, a Colombia.

“El procesado se tomó su tiempo hasta llegar al hospital” y también para destruir pruebas, “lo único que salió mal de todo el plan es que Toñi se aferró a la vida y pudo sobrevivir”, sentenció el Ministerio Fiscal.

“UN AUTÉNTICO LOBO”

Por su parte, el letrado de la acusación particular, Ismael Rodríguez, subrayó que “detrás de esa piel de cordero del acusado hay un auténtico lobo”. En su opinión, “todo fue premeditado y planificado” y acusó a E.J.R.C. de ser “capaz de matar por dinero”.

Según el abogado, el móvil de los hechos es económico. Asimismo, planteó que “él tenía la voluntad de matar” y, a su entender, “no hay dudas razonables de ningún tipo”.

Rodríguez denunció que el acusado “hizo todo lo posible para sustraerse de la Justicia” y, en su presencia ante amigos y personal sanitario, “no dejó de hacer teatro”. De ahí que rechazó “benevolencia para esta persona con perfil asesino”.

“PRETENDE PASAR POR ÁNGEL DE LA GUARDA”

El abogado del Estado admitió que le “parece un insulto que el procesado pretenda pasar por ángel de la guarda”, tras alegar que intentó “salvar la vida” de su ex novia y de la menor al bañarlas tras la supuesta explosión, parar en una farmacia y, después, llevarlas al hospital.

“El acusado miente deliberadamente. No había ningún signo de que hubiese ocurrido una explosión”, añadió.

En los mismos términos se expresó la acusación popular en representación del Ayuntamiento de Ingenio, que incidió en que en el tramo desde la vivienda hasta la farmacia hay un centro de salud, ubicado a cinco minutos de la casa en coche, donde pudo parar E.J.R.C. para pedir ayuda de forma inmediata. De hecho, agregó que hay un segundo centro de salud antes de salir de la localidad en dirección hacia el hospital.

Por el contrario, la defensa, Jerónimo de León, sostuvo que “no hay ni un solo dato” que apunte a la culpabilidad de su cliente.

“LA PIEL COLGABA”

En la primera parte de la tercera y última jornada del juicio, una celadora explicó que cuando vio llegar el coche con las dos afectadas al Hospital Insular le “impactó”.

Señaló que “fue muy difícil sacar” a Toñi Cabrera del vehículo, ya que “los cueros le caían por todos lados, la piel se caía y se resbalaba”. “Tenía una cara desencajada de sufrimiento y dolor. Su piel colgaba y, al cogerla, notamos que se quedaba la piel en las manos. Estaba en carne viva. Se nos escurría”, apostilló.

En los mismos términos se expresaron otros dos celadores, que reconocieron que al ver la situación quedaron “espantados”. Además, reiteraron que “lo habitual” es que tras una explosión los perjudicados lleguen en ambulancia al centro.

“No fue una explosión. Él las quemó. Yo lo supe desde el principio”, exclamó la madre de Toñi Cabrera, que acusó a E.J.R.C. de “malmeter a unos y otros en la familia”, así como de “hacer el paripé llorando en el hospital”.

“La primera vez que hablé con mi hija fue en el hospital en Sevilla cuando despertó del coma. Le pregunté si fue un accidente y con la cabeza y los ojos me dijo que no. Le pregunté si fue él y asintió con la cabeza y llorando”, manifestó la mujer.

Expresó que pidió una orden de alejamiento para el hombre, ya que su hija “temía que contratara a alguien que se hiciera pasar por médico para rematar la faena”. En este sentido, durante su estancia, se restringieron las entradas.

Otras dos amigas de Toñi Cabrera comentaron que el día de los hechos el acusado estaba enfadado. Una de sus ex parejas dijo que “fue una persona violenta” con ella.

El propietario de la casa de alquiler donde ocurrieron los hechos explicó que el inmueble estaba “en condiciones de ser habitado y no había ningún problema con el gas”, algo que también comprobó con el acusado cuando le enseñó la vivienda.

Un vecino del lugar remarcó que los lugareños no oyeron ninguna explosión ese día “ni cristales rotos en el suelo”, a pesar de que la cocina tenía una ventana hacia la calle. De este modo, señaló que cuando él mismo cuestionó ante E.J.R.C. que no era cierto que se produjera una explosión de gas “él se enfadó”.

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