El TS prohibe instalar jaulas marinas en Tenerife
El Tribunal Supremo (TS) acaba de desestimar un recurso presentado por una empresa para instalar jaulas marinas en la costa de Las Galletas en el sur de Tenerife. Es la segunda vez que el TS se pronuncia en idéntico sentido y de esta manera rechaza las peticiones de dos promotoras que habían intentado establecerse en este tramo de la costa acogiéndose al silencio administrativo positivo. En este último caso se trata de Nautilus SA cuyo representante compareció en 2006 en una sesión urgente de la Comisión del Territorio y Medio Ambiente de Canarias (Cotmac) para anunciar que desistían de poner en marcha esta iniciativa.
Sin embargo, curiosamente luego recurrió ante los tribunales para que le reconocieran el derecho a invertir cerca de 250.000 euros en la instalación de doce jaulas en las que se pretendía criar lubinas acogiéndose al silencio administrativo positivo. La Cotmac había exigido la realización de un estudio de impacto ambiental dado que en este entorno se sitúa un emisario submarino con lo cual se temía que las aguas negras acabaran afectando a las especies que se criaban en cautividad. Además, el TS indica que no se puede acceder a una concesión en un dominio público a través de ese procedimiento. El Supremo estima que la renuncia planteada por los empresarios en la mencionada reunión de la Cotmac supone un desistimiento “expreso” a sus pretensiones.
Hace algunas fechas el TS rechazó otro recurso interpuesto en aquella ocasión por la empresa Cultivos Marinos Save SL que pretendía poner en marcha una explotación para ocupar una superficie de casi 109.000 metros cuadrados. En el año 2001 la compañía había solicitado la concesión para la instalación de estas jaulas para el cultivo de dorada y lubina en jaulas flotantes que según los promotores no iban a causar ningún tipo de daño al medio. Tanto el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) primero como el TS después consideraron ajustada a derecho la obligación fijada por la Cotmac de realizar un estudio de impacto ambiental para garantizar que el emisario submarino no iba a afectar a esta granja.
A principios de la pasada década la petición de cuatro empresas, entre las que se encontraban las dos ya mencionadas para ubicarse en el frente marítimo de Las Galletas llegó a provocar manifestaciones que reunían a centenares de vecinos. La intención en aquel entonces era ubicar cerca de 24 instalaciones de este tipo que iban a abarcar alrededor de 400.000 metros cuadrados de este tramo de la costa e iban a estar a sólo a 800 metros de la orilla. El entonces alcalde de Arona, José Alberto González Reverón, fue el primero en ponerse al frente de estas concentraciones aunque pedía que las instalaciones se situaran en otro punto del litoral. Los ecologistas alertaron de los efectos negativos que sobre el medio ambiente generan los nitratos procedentes de los piensos con los que se alimentan a estos peces.
Sin embargo, en la actualidad el panorama ya ha cambiado un tanto. La falta de subvenciones para compensar los gastos que trae consigo la compra de esta comida ha hecho que para los empresarios ya no resulte rentable la puesta en marcha de las jaulas. En la actualidad sobreviven en la costa de Arona 16 de estas instalaciones que según el patrón mayor de Los Cristianos, Manuel Díaz, “se encuentran con la soga al cuello por el mal momento que atraviesa la acuicultura”. Por ejemplo, en Las Gaviotas, en Santa Cruz de Tenerife, cada cierto tiempo se deja que las lubinas queden en libertad ante la imposibilidad de alimentarlas.