El alcalde (de pueblo) que mejor define Womad

Salorino está prácticamente en la raya con Portugal, muy cerca de Valencia de Alcántara, a cuyo partido judicial pertenece. Sufre, como muchos municipios extremeños, el mal de la despoblación, lo que no arredró a Álvaro Sánchez y a algunos de sus compañeros del PSOE a presentarse a las elecciones de 2011 para arrebatarle la alcaldía al PP. Primero obtuvo cuatro diputados de siete, y en 2015 dejó a los populares con tan solo un concejal: seis a uno.

A sus 30 años este licenciado en Administraciones Públicas compagina sus tareas al frente de su pueblo, de menos de 700 habitantes, con las de diputado de Cultura de la Diputación Provincial de Cáceres, una de las instituciones que apoya el Womad en esta ciudad extremeña.

Desde que tiene edad para llegar tarde a casa no se ha perdido ni una sola edición del festival cacereño, que lleva 26 años celebrándose, un ejemplo de extremeño que ya considera al Womad parte de la vida en la región.

Sólo tiene un problema: la romería mayor en honor del patrono de Salorino, San Ildefonso, se celebra justo el domingo del Womad de Cáceres, y Álvaro Sánchez ha planteado -hasta ahora sin éxito- cambiarla de fecha, algo que no parece aconsejable dado el arraigo que otras tradiciones distintas al festival tienen entre sus convecinos. Así que, como él mismo cuenta, vive el festival de jueves a sábado a mediodía para regresar entonces con los suyos a vivir la semana grande de sus fiestas.

Desde que cumplió los dieciocho años no se ha perdido un solo Womad de Cáceres, quizás por eso sea el político que mejor define el significado que este festival tiene para la ciudad, para la provincia y para la región.

Womad “es para mí simplemente una explosión cultural, algo que hace 26 años revolucionó el ámbito cultural de la ciudad de Cáceres y también de esta región”, afirma el alcalde de Salorino en este vídeo de menos de dos minutos en el que resume a la perfección lo que supone este festival para Extremadura.