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Opinión - ¡Con los jueces hemos topado! Por Esther Palomera

Cinco años de cárcel al parricida de La Angostura

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado a un total de cinco años de prisión a M.S.S., al hombre que mató en 2011 a su padre, A.S.A., en La Angostura (municipio de Santa Brígida, Gran Canaria), después de que éste hiriera a su madre durante una discusión familiar.

Esta sentencia ha tenido lugar después de que un jurado declarase culpable al acusado de un delito de asesinato; una condena que se ha producido con la concurrencia de la circunstancia eximente incompleta de trastorno mental transitorio, el agravante de parentesco y la circunstancia atenuante de confesión.

Así, la Sala explicó que contra esta decisión cabe interponer recurso de apelación, mientras que la Audiencia explicó que “firme que sea la condena impuesta, procederá tramitar la solicitud de indulto conforme a lo acordado por el Jurado”.

De esta manera, se consideró probado que el ahora condenado llegó a su casa sobre las 15.50 horas del 25 de septiembre de 2011 junto a su padre tras una cacería, domicilio donde convivían ambos con la madre de M.S.S. y mujer de A.S.A.

Una vez en la casa, comenzó una discusión entre la mujer y A.S.A. en la que el hombre, bajo los efectos del alcohol, arrojó sin mediar palabra un afilador de cuchillos que impactó en su cabeza, causándole una herida en zona pariental derecha de 1,5 cm, una herida superficial en la zona ciliar derecha y un hematoma en ángulo interno del ojo.

Ante los lamentos de su madre, que increpaba a su marido diciendo: “que me matas, que me matas”, el hijo, M.S.S. entró en el interior de la vivienda y dirigiéndose a su madre le gritó: “denúncialo, denúncialo” -refiriéndose a su padre-. El padre comenzó a tirar entonces objetos a su hijo, entre ellos un palo, un martillo y un sacho.

Cogió un palo y golpeó a su padre

Por su parte, el acusado insultaba a su padre y haciendo caso omiso de las indicaciones de su madre para que se tranquilizara, y apartándola de en medio, cogió un palo y golpeó a su padre, siendo vanos los intentos de la madre para separarlos.

Entonces, mientras la madre salía a la calle en busca de ayuda, el hijo prosiguió golpeando a su padre con el palo y un martillo con gancho en uno de sus extremos. Asimismo, cogió una olla de cocina y golpeó a su padre en la cabeza, dejándolo inconsciente y con heridas graves, aunque con vida.

Con su padre en este estado, M.S.S. cogió un sacho o azada que estaba en el lugar y golpeó a su padre, causándole la muerte.

Posteriormente, salió a la calle y en presencia de los agentes policiales que habían acudido a la llamada de unos vecinos ante la petición de auxilio de la madre, les manifestó “fui yo, no pasa nada, déjenme echarle de comer a los animales y luego hacen conmigo lo que quieran”.

Comportamiento violento y dominante del padre

Por su parte, la sentencia recoge que antes de la muerte del padre existía una previa situación familiar de temor a la figura paterna por el comportamiento dominante y violento de éste.

Así, el progenitor fallecido “había creado en la familia una situación crónica de terror, teniendo a sus miembros prácticamente anulados como personas independientes”.

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