Boda de malabaristas bajo la carpa circense
El malabarista Rafael de Carlos se casó este viernes con la grancanaria Obdulia Gutiérrez, su pareja en la vida real y en el Circo Mundial, donde trabajan ambos desde hace cinco años y donde contrajeron matrimonio, tras llegar la novia en elefanta a la carpa situada en la capital grancanaria.
La novia, muy emocionada, hizo esperar como es tradición al novio, pero también a los dos elefantes que la recogieron a las puertas del hotel donde se alojó y en el que aguardaron impacientes su llegada poco antes de mediodía.
Obdulia Gutiérrez, vestida con un tradicional traje de novia, se subió sin problemas a la paquidermo Susi, que hizo correr al cortejo hasta la carpa del circo, donde le aguardaba su novio, muy emocionado, y su amplia familia circense.
La novia, vecina de Tafira Alta y de familia humilde, “jamás” pensó que el día de su boda iba a ser conducida al altar en elefante, ni que el acontecimiento fuera a ocurrir en un circo y menos en su tierra, pues en los últimos años no ha parado de viajar por “todo el mundo”, afirmó.
Reveló que su boda al final se ha organizado “muy rápido” y que su familia pensó incluso que se trataba de “una broma”, tras bajarse de Susi, a quien no paraba de decirle que era “encantadora” y a quien aseguraba que ya no se casaba “más”: “Ésta es la única”, decía manteniendo el equilibrio y muy sonriente.
Un trompetista le dio la bienvenida con una bonita serenata, pero el Ave María de Schubert fue la música que acompañó a la pareja hasta el altar, situado en la arena del circo, donde ofició la ceremonia el capellán de Circos y Ferias, José Manuel Rodríguez Alonso, que se trasladó desde Madrid para celebrar su primera boda.
La carpa del circo estaba engalanada de manera especial, pues el espectáculo también lo era, manifestó el director del Circo, José María González, quien indicó que durante toda la noche los compañeros de la pareja se encargaron de decorarla con motivos religiosos.
Desde hace diez años el Circo Mundial no celebraba una boda, señaló González feliz por el acontecimiento, que concluyó como no podía ser otro modo con un número circense protagonizado por la pareja.
Así, los novios emprendieron su viaje nupcial alrededor de la cúpula del circo, a unos diez metros de altura, e hicieron malabares con los ramos de flores, que disfrutaron en esta ocasión los 250 invitados que asistieron a la ceremonia, entre artistas, prensa y familia de los novios.
Como todas las bodas, ésta finalizó con un gran banquete que se celebró en el hall del circo, donde tanto los novios como los artistas celebrarán las dos funciones previstas para este viernes, que serán muy especiales para Rafael de Carlos y Obdulia Gutiérrez, pues saldrán a la arena como pareja y matrimonio.
El director del Circo destacó la valía de Rafael de Carlos, quien “tuvo la suerte” de tener uno de los profesores mejores del mundo, el ruso Lev Usachev, y ha logrado un gran prestigio internacional por sus triunfos en numerosos festivales.