El Cabildo de Gran Canaria solicita la evaluación de impacto ambiental del tren que unirá la capital y el sur de la isla
El Cabildo de Gran Canaria ha solicitado al Órgano Ambiental de Gran Canaria (OAGC), el inicio de la evaluación de impacto ambiental ordinaria del Proyecto de la infraestructura ferroviaria entre Las Palmas de Gran Canaria y Maspalomas, y elementos asociados, con objeto de que se formule la declaración necesaria para poner en marcha la iniciativa, que supone una inversión de unos 1.600 millones y un periodo de ejecución de unos 10 años
En un comunicado, la Consejería de Presidencia y Movilidad Sostenible que dirige Teodoro Sosa recuerda que se ha adjuntado el documento técnico de proyecto; el estudio de impacto ambiental; las alegaciones e informes recibidos en los trámites de información pública y de consultas efectuados a las administraciones y a las personas afectadas, con sus correspondientes respuestas y toda la documentación complementaria elaborada por el promotor, Ferrocarriles de Gran Canaria.
En concreto, el proyecto define una línea ferroviaria de viajeros concebida como un tren de cercanías de altas prestaciones con velocidad de diseño de 160 kilómetros por hora, de 57,84 kilómetros de longitud, con 11 estaciones ubicadas estratégicamente que funcionan como auténticos nodos intermodales. Tendrá una vía doble entre la estación de San Telmo y la de Playa del Inglés. Será una vía única en el extremo de origen, de la estación de Santa Catalina y la de San Telmo, así como en el extremo final, de la estación de Playa del Inglés a la de Meloneras, en Maspalomas.
La Corporación Insular también recuerda que se trata de un sistema completamente intermodal y sostenible que incluirá paneles solares en todas las estacione y un parque eólico de autoconsumo para el funcionamiento de la infraestructura.
Tras realizar un análisis de todos los posibles sistemas de transporte público interurbano, el Estudio de Impacto ambiental en la denominada Fase A justifica el tren de cercanías de altas prestaciones como la solución que mejor se adaptaba a las particularidades de la realidad cotidiana de la movilidad insular, aportando rapidez, regularidad, fiabilidad, seguridad, confortabilidad, sostenibilidad y mayor rentabilidad socioeconómica.
En la fase B del Estudio de Impacto Ambiental se detectan, identifican y evalúan los impactos ambientales del proyecto, tanto en fase de construcción como de explotación, y se proponen las medidas correctoras y compensatorias que se consideran oportunas con objeto de mejorar y potenciar los efectos positivos.
De esta manera, una vez analizada por el órgano ambiental de Gran Canaria OAGC, la documentación remitida por el órgano sustantivo, emitirá la Declaración de Impacto Ambiental, informe preceptivo y determinante que evalúa la integración de los aspectos ambientales en el proyecto.
Todo ello permitirá determinar las condiciones que deben establecerse para la adecuada protección del medio ambiente y de los recursos naturales durante la ejecución y la explotación de dicho proyecto.
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