Un estudio sobre contaminación del agua muestra mayor riesgo en niños que la obtienen de suministros privados
MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
Según una investigación de la Universidad de East Anglia, en el Reino Unido, los niños que beben agua precedente de alrededor de la mitad de suministros privados del Reino Unido, son casi 5 veces más propensos a coger infecciones estomacales. La investigación, publicada este viernes en la revista 'PLoS ONE', muestra que los niños menores de 10 años que beben de fuentes contaminadas están sufriendo en torno a cinco episodios de enfermedad o diarrea, al año.
Aproximadamente, el 1 por ciento de la población del Reino Unido es atendido por suministros privados de agua. En toda Europa, el número asciende a un 10 por ciento. Sin embargo, la mitad de todos los suministros de agua privados en el Reino Unido no cumplen con los reglamentos de seguridad; por esta causa, aunque las bacterias transmitidas por el agua no parecen afectar a los adultos y niños mayores, los menores de 10 años están particularmente en riesgo de contraer infecciones estomacales.
Los investigadores estudiaron si las personas que beben de fuentes contaminadas corren más riesgo que aquellas que consumen agua que cumple con las normas de seguridad, y, especialmente, si los niños son más susceptibles a las enfermedades. Así, los expertos analizaron el caso demás de 600 consumidores en Norfolk, Suffolk y Herefordshire, en el Reino unido, durante 12 semanas. Los encuestados llevaron un diario de síntomas, que incluía diarrea, vómitos, dolor de estómago, náuseas, dolor de cabeza y fiebre. Además, se recogieron muestras de agua potable en cada hogar, y se analizaron en busca de la bacteria E. coli, coliformes y enterococos.
El profesor Paul Hunter, de la Universidad de East Anglia, afirma que “hemos encontrado una incidencia particularmente elevada de diarrea en niños menores de 10 años, en los hogares provistos de agua contaminada con bacterias. Los resultados mostraron que estos niños sufren casi cinco incidentes al año -un riesgo de enfermedad similar a la reportada en países en desarrollo. Este es un problema grave, ya que estos niños sufren más de un episodio de diarrea anual -con mayores tasas de hospitalización y mayores tasas de mortalidad”.
Hunter señala que “es muy importante que los suministros de agua en los hogares donde viven niños menores de 10 años pasen por pruebas de la contaminación. Nuestra recomendación para los padres es garantizar un tratamiento adecuado, ya sea mediante la cloración o filtración, o mediante fuentes alternas, como el agua embotellada”.