Contó que su pareja cayó por un acantilado

Varios policías han declarado este martes que el acusado de matar a ladrillazos a su pareja, en un chiringuito abandonado de una playa de Fuerteventura, la madrugada del 28 de enero de 2011, se refugió en casa de un amigo al que dijo que la fallecida se cayó por un acantilado.

Los policías que intervinieron en el caso han explicado al jurado, en la segunda sesión del juicio que se sigue en la Audiencia de Las Palmas, que el acusado pidió a su amigo que le lavara la ropa porque se había manchado de sangre, como consecuencia del accidente que había sufrido su pareja. El amigo del procesado al que se refieren los policías no se ha presentado al juicio para corroborar o matizar esta versión, por lo que la Audiencia se ha quedado con la declaración que prestó durante la instrucción y le ha advertido de que será multado con 500 euros si no justifica por qué no ha comparecido este martes ante la sala.

El acusado, Roberto D.A., un politoxicómano de 48 años, se enfrenta a una pena de 15 años de prisión por homicidio, acusado de haber matado a Esther Julia A. y de haberle desfigurado la cara y quitado su documentación y pertenencias para evitar su identificación, según los cargos que plantean la Fiscalía de Violencia de Género y la Abogacía del Estado. Los agentes también han señalado al tribunal que el acusado, en su declaración policial, explicó que la fallecida era su pareja sentimental y también reconoció que le había dado varios golpes a la víctima, así como que, cuando la dejó, su cuerpo estaba “frío y no se movía”, y que se llevó sus cosas y pertenencias de la víctima.

Los policías han informado de que detuvieron al acusado en casa de su amigo, en la localidad de Corralejo, y que el procesado les llevó a un hotel abandonado de la zona donde había escondido, en lugares separados, sus pertenencias y las que había cogido de la víctima, entre ellas su documentación.

Bastante “colocados”

La fallecida era una indigente que acudía regularmente al comedor de Cáritas de Puerto del Rosario, según ha explicado al tribunal una trabajadora del centro, que ha dicho que la última vez que la vio fue el día anterior a los hechos.

En la jornada de este martes, varios testigos han declarado que vieron al acusado con la fallecida la noche del 27 de enero y que ambos estaban bastante “colocados”. También ha prestado su testimonio el menor marroquí que halló el cuerpo de la joven en el chiringuito la tarde del día 28 de enero, si bien ha explicado que, como estaba asustado, no se lo contó hasta el día siguiente a su cuidadora del centro, que fue quien avisó a la Policía.

Tanto los policías como el joven marroquí han indicado que el chiringuito abandonado está en un lugar apartado de la playa. El juicio continuará este miércoles con el informe de los médicos forenses y de los peritos del Instituto Nacional de Toxicología.

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