La crisis económica también tiene efectos sobre nuestra salud
La catedrática de Economía de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Beatriz González López-Valcárcel, admitió en el marco del XIII Congreso de las Sespas, clausurado este viernes en Sevilla que la crisis puede provocar dos tipos de efectos perjudiciales sobre la salud: los directos y los indirectos.
Entre los directos, citó una mayor presencia de enfermedades, como la depresión o el estrés emocional, mientras que para los indirectos se refirió a una menor inversión de los gobiernos en salud, fundamentalmente en políticas preventivas.
Pese a que matizó que “aún es pronto” para percibir los efectos de la crisis sobre la salud de los españoles, consideró que algunos de esos efectos directos “ya empiezan a manifestarse” en forma de un mayor número de consultas por ansiedad y depresión o ciertos cambios desfavorables en el patrón de consumo de alimentos.
A nivel internacional, auguró que los mayores problemas serán para los países en desarrollo, por lo que hizo hincapié en la necesidad de prevenir la pobreza infantil como uno de los grandes retos en estos tiempos de crisis, “pues la pobreza familiar en la infancia condiciona la salud y la renta a lo largo de toda la vida”.
No obstante, apuntó que la crisis puede tener su “cara positiva”, si sirve de “acicate” para el cambio y para la mejora de las políticas públicas. Las claves del sentido en que se debe producir ese cambio constituyen precisamente el hilo argumental del manifiesto que sirvió hoy de epílogo a la Sespas para la clausura de su XIII congreso nacional.
En este manifiesto, se urge a los estados a regular una legislación internacional que otorgue los mecanismos correctores necesarios frente a esta crisis y los nuevos cambios del paradigma de salud y bienestar. A nivel más global, solicitan igualmente un compromiso “más decidido” de empresas y organizaciones públicas y privadas que frenen el cambio climático, al que califican como “una amenaza real para la salud de una parte importante de la humanidad”.
En dicho congreso, que este viernes fue clausurado expertos y profesionales en salud pública reunidos en Sevilla, instaron a las distintas administraciones a evitar que la precariedad laboral conlleve un empeoramiento de las condiciones de vida, tras advertir de los “riesgos de la crisis” para la salud pública.
La salud pública debe dejar su lugar marginal
A nivel europeo, la Sespas reclama en un manifiesto que la salud pública deje de ocupar “un lugar marginal en las agendas político-institucionales”.
En relación con los retos específicos de la salud pública en España, denunció que durante los últimos años se ha desarrollado un proceso “descontrolado” de urbanización a cualquier precio, en el que ha estado ausente la perspectiva de la salud pública y de promoción de la salud, por lo que exigió a los responsables públicos la incorporación del 'valor salud' en la planificación estratégica urbana de las futuras ciudades y pueblos.
Asimismo, concluye que los servicios sanitarios en España se encuentran en la actualidad completamente orientados hacia el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, teniendo una posición “muy marginal” los aspectos preventivos y de promoción de la salud, “situación a la que hay que dar la vuelta reorientando los servicios sanitarios hacia la promoción y la prevención”.