'Esperanza del mar', un buque salvavidas de pescadores e inmigrantes

El buque hospital Esperanza del Mar nació hace más de un cuarto de siglo con la idea de prestar auxilio y atención sanitaria a los pesqueros españoles, aunque el tránsito de cayucos rumbo a Canarias de los últimos años le ha convertido también en un barco salvavidas para los inmigrantes.

Propiedad del Instituto Social de la Marina, el Esperanza del Mar se ha consolidado como un referente en toda la costa que va desde el caladero sahariano de Canarias, pasando por todo el litoral de África Occidental, hasta Sierra Leona.

El jefe médico del buque, Jaime Serna, recuerda que tanto el primer Esperanza del Mar -desde 1982 hasta 2001- como el actual nacieron con “la filosofía fundamental de asistir a la flota española”, cuando los inmigrantes no se jugaban la vida en el mar.

“Ahora, el rescate de cayucos es relativamente frecuente”, dice Serna.

Su última gran operación de rescate de inmigrantes la cumplió el pasado 22 de julio, cuando prestó auxilio a 64 subsaharianos, en su mayoría senegaleses, que estaban sin rumbo en medio del Atlántico.

En los últimos meses -prosigue- se ha prestado ayuda a “ocho o diez” cayucos, porque las fragatas de Salvamento Marítimo o de la Guardia Civil no tenían capacidad para llegar a ellos.

El médico del Esperanza del Mar tiene aún en la retina el episodio más dramático del que ha sido testigo, ocurrido a final de octubre de 2007.

“Fue una embarcación en la que había ocho tripulantes, de los que sólo uno seguía con vida, en muy mal estado, después de veinte días en el mar. Nos contó que partieron 54 y que a medida que morían, los tiraban al mar”, relata.

Ya sean inmigrantes o pescadores españoles y extranjeros, todos los pacientes reciben igual trato en el hospital flotante.

La zona de atención clínica cuenta con 17 camas para enfermos y está dotada con medios para hacer frente a cualquier situación de emergencia, al disponer de quirófano y unidad móvil.

24 horas al día 365 días al año

“Funciona como un hospital de urgencia 24 horas al día 365 días al año”, señala Serna, quien trabaja junto a otra médica y un enfermero.

Las atenciones más comunes suelen ser por traumatismo, insolaciones severas o infarto y, en ocasiones -comenta-, se han tenido que hacer amputaciones.

Sólo en julio pasado atendió más de 60 consultas y tuvo una veintena de ingresos hospitalarios.

En todos sus años de actividad, el parte de ayudas prestadas superan las 70.000 y el de personas atendidas, más de 28.000.

El buque dispone de una sala de rayos X y otra de atención psiquiátrica vigilada por cámaras y un laboratorio para analíticas.

En los camarotes, bautizados con nombres de médicos ilustres, como Severo Ochoa o Ramón y Cajal, no faltan detalles: aire acondicionado, televisión y vistas al mar.

También está equipado con las últimas tecnologías y con un sistema de videoconferencia para contactar con el Centro Radio Médico del Instituto Social de la Marina o el Hospital Central de la Defensa, ambos en Madrid, para determinar algunos diagnósticos.

“Es un barco civil único en el mundo”, se vanagloria el jefe médico mientras muestra las instalaciones durante la escala en Dakar.

El “Esperanza del Mar” tiene un 'hermano' algo más pequeño, el “Juan de la Cosa”, también del Instituto Social de la Marina, que navega en aguas del Cantábrico y del Atlántico Norte.

Con una eslora de 97,8 metros, el buque hospital de la costa africana cuenta con un helipuerto para la evacuación de los enfermos.

Los menos graves son trasladados al puerto grancanario de Arguineguín o a Nuadibú (Mauritania), y en caso de los inmigrantes, a Dakar o a algún puerto de origen.

Como cualquier otro hospital, el Esperanza del Mar no descansa y navega durante todo el año.

Sólo atraca de forma rutinaria a comienzos de cada mes en el Puerto de la Luz (Las Palmas), su centro de operaciones para repostar alimentos, medicinas y combustible y relevar a la tripulación.

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