El Gobierno canario pide un convenio con las ONG para distribuir a menores

Becerra participó en el coloquio Las dos caras de la inmigración junto con el presidente de la Fundación del Inmigrante de Nueva York, Hugo Edward Suárez, moderado por la periodista Pilar Cernuda. El portavoz canario subrayó que el Gobierno del Archipiélago está dispuesto a mantener la tutela administrativa de los menores, pero defendió que la custodia esté en distintas partes del territorio nacional.

A su juicio, la situación de los menores inmigrantes es la prueba de la “incapacidad” y el “fracaso” en la gestión de la inmigración por la falta de una política de Estado en este problema. Becerra denunció el incumplimiento de los acuerdos adoptados con el Ministerio de Trabajo para que el máximo de menores en la comunidad canaria fuera de 300 ya que, aseguró, en la actualidad superan los 900.

En este sentido, destacó las dificultades que entraña la integración educativa de estos menores cuando hay que “meter a 40 ó 50 chicos en un colegio”, así como los problemas que genera la convivencia en centros de donde residen más de cien. Becerra destacó que para actuar en el problema de la inmigración en Canarias se debe ser consciente de que la densidad de población del archipiélago es de 186 habitantes por kilómetro cuadrado y un 40 por cien de su territorio es protegido.

Si se trasladaran estas cifras de densidad a todo el país, “España tendría 134 millones de habitantes”, aseguró. El portavoz recalcó que el crecimiento económico de los tres últimos años se debe fundamentalmente al fenómeno migratorio, pero advirtió de que “no se podrá mantener el ritmo actual de generación de puestos de trabajo”, que en Canarias ascendió el pasado año a 45.000.

Por ello, Becerra defendió la necesidad de controlar los flujos mediante el establecimiento de cupos de acuerdo a la demanda laboral y reclamó más participación de las comunidades autónomas en los procesos negociadores con los países de origen. Respecto a la integración de los inmigrantes a la cultura que les acoge, Becerra destacó el papel que juegan en este proceso los símbolos de pertenencia a un país, algo que sí sucede en Estados Unidos pero que en Europa se considera trasnochado, lo que dificulta la integración.

Este aspecto fue resaltado también por Hugo Edward Suárez, quien aseguró que el inmigrante debe sentir que pertenece a la sociedad donde reside porque de lo contrario se producen problemas. El presidente de la Fundación del Inmigrante de Nueva York enmarcó la emigración en los problemas de población por el envejecimiento de las sociedades desarrolladas, y auguró una “catástrofe social” en estos países si los inmigrantes no pueden ejercer sus trabajos en el campo social.

“La red de acogida está sobrepasada”

La Diputación de Guipúzcoa ha comprado un caserío en Lezo para habilitarlo como residencia de un grupo de menores extranjeros no acompañados llegados en cayucos a Canarias a los que acogerá el próximo mes de febrero.

El portavoz del ente foral, Koldo Azkoitia, informó de que el caserío Uralde, que ha costado 540.910 euros, necesita una pequeña obra para acondicionarlo como centro de acogida de los menores, que serán de 8 a 10. Azkotia señaló que responsables de la Diputación de Guipúzcoa están a la espera de reunirse con representantes de la Dirección General de Inmigración del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales para conocer “el perfil” de los jóvenes subsaharianos que llegarán a Guipúzcoa y poder definir así su “proyecto socio-educativo”.

La casa tiene una superficie de 154 metros cuadrados repartidos en dos plantas y está rodeado de un terreno de 1.153 metros cuadrados. En la planta baja están los espacios comunes, y en la superior, los dormitorios, que serán dobles.

El portavoz recordó que la Diputación acogerá a estos menores “pese a que la red de acogida de Guipúzcoa está sobrepasada”. Los centros dependientes de la institución foral atienden actualmente a 205 menores, de los cuales 52 son menores extranjeros no acompañados, fundamentalmente magrebíes.

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