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La gran mayoría de la población sufre el 'síndrome postvacacional'

En el mes de septiembre, son muchos los españoles que han concluído sus vacaciones veraniegas. Atrás quedan los momentos vividos y la tranquilidad de las tardes durmiendo la siesta. Es inevitable y obligatorio un retorno a la normalidad. Porque, según el psiólogo Ricardo Ros, la vuelta al trabajo puede desembocar en el llamado síndrome postvacacional. “Este problema afecta a la gran mayoría de la población hoy en día”, asegura el experto.

Según Ros, el síndrome postvacacional es “la reacción que se produce cuando se vuelve de las vacaciones y que tiene lugar en el período adaptación a la rutina diaria. Pero es algo normal”. De hecho, este profesional asegura que todo está en saber adaptarse de nuevo a la situación anterior. Por eso, a las personas que más les cuesta, les sucede que incluso cuando empiezan las vacaciones “necesitan un período de adaptación para ir acostumbrándose a esa nueva situación”.

El doctor indica que en estos casos, los síntomas son ansiedad, nerviosismo, irascibilidad, falta de concentración. “Y tras haberse habituado al período de descanso, antes de volver a casa, atraviesan una fase de nerviosismo otra vez”.

Ricardo Ros afirma que a pesar de que “la gran mayoría de las personas sufre el síndrome postvacacional , aquellas más proclives son las más perfeccionistas e inseguras porque cualquier cambio en sus vidas les desborda, no soportan alteraciones de sus rutinas diarias, ya que les hace sentir que sus vidas se tambalean y que pierden el control de lo que les sucede”.

Además, Ros advierte de que hay profesiones más vulnerables a sufrir este síndrome, como son policías, maestros, enfermeros, etcétera. Es decir, “oficios no mecánicos que cuentan con largas vacaciones”.

Así, ahora que el verano llega a su fin, el psicólogo Ricardo Ros explica conocer más de cerca el síndrome postvacacional y saber, sobre todo, cómo combatirlo.

¿Cómo afecta este tipo de ansiedad?

Durante el período de adaptación, el individuo sufrirá una serie de síntomas como son dolores de cabeza, musculares, alteraciones digestivas, pérdida de apetito y fatiga. También notará algunos signos psicológicos como sensación de angustia, cansancio, irritabilidad, insomnio y disminución de la atención y del rendimiento escolar.

¿En qué momento es un problema preocupante?

Si después de tres semanas el sujeto sigue padeciendo alguno de los síntomas mencionados, entonces debe acudir a un especialista.

¿El trabajo se ve afectado por el síndrome postvacacional ?síndrome postvacacional

Sí, ese es otro de los factores que influyen en la aparición de este síndrome, ya que si estás contento con tu trabajo no suele aparecer. Cuando disfrutas de las vacaciones, pero a la vez piensas que cuando vuelvas harás con ilusión tu trabajo, llegas con energías renovadas para poner en préctica tus ideas y realizas un trabajo efectivo.

¿Quizá distribuir mejor las vacaciones es un buen método para evitar el problema?

Depende de cada caso. Hay personas que no necesitan un tiempo de adaptación para acostumbrarse o cambiar de rutina. En ese caso, es mejor coger las vacaciones poco a poco porque las van a disfrutar más. Si no es así, lo mejor es cogerlas de una vez. Pero es una decisión personal. Aunque lo que sí está estudiado es que es terrorífico trabajar al día siguiente de volver de vacaciones. Eso produce un estrés muy agudo que puede durar una o dos semanas. Y suele aparecer siempre, aunque a la persona le guste su trabajo.

Entonces, ¿un mes es suficiente para descansar?

Lo ideal sería trabajar durante seis meses y tener vacaciones durante otros seis. Y, en ese período, ocupar el tiempo de ocio con muchas actividades para que el final de las vacaciones sea más llevadero.

Sin embargo, como a todos no nos es posible desarrollar el ritmo de trabajo ideal, Ricardo Ros aporta una serie de consejos para hacer más llevadero el fin de las vacaciones y la vuelta a la dura realidad:

1.- En el trabajo, no intentar adelantar todo lo que no se ha hecho durante meses. Hay que dejar para el final las cosas más difíciles.

2.- Volver unos días antes de que empiece la jornada laboral. Ir adaptándose al ritmo de sueños y a los hábitos de comidas perdidos durante las vacaciones. En definitiva, retomar el pulso normal de la actividad del año y practicar las pequeñas aficiones.

3.- No hablar en exceso de las vacaciones con los compañeros de trabajo porque supone mantener una historia estival que ya ha pasado y que, por lo tanto, no existe. Pensar en futuro.

4.- Hacer planes para el próximo fin de semana. Ilusionarse con algo nuevo.

5.- Recuperar el ocio de la vida normal.

6.- Deshacer las maletas con tranquilidad, sin prisas, preparándose para el inevitable encuentro con la rutina diaria.

7.- Para la próxima vez, organizar bien las vacaciones para sacarles mejor rendimiento.

8.- No hacerse demasiadas expectativas del beneficio de las vacaciones para no sentirse defraudado.

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