Mujeres, moteras y unidas : “He venido con mi madre, y con ella y con las chiquillas nos vamos hoy de ruta”
Ellas son mujeres, moteras y unidas por una misma pasión. Estos son los pilares sobre los que se ha construido el grupo motero femenino Club Moteras Canarias, que ya ha superado las 100 participantes en apenas unos meses.
El pasado mes de marzo, la idea que rondaba en la cabeza de varias de las mujeres amantes de las dos ruedas encendió motores, acelerando hasta llegar a las 110 afiliadas en cuatro meses. Garonia Balague fue una de esas mujeres que, movida por el amor por las motos, decidió tomar la iniciativa.
“Somos todas canarias, por ahora un grupo de 110 chicas y de todas las islas”, ha celebrado la impulsora de la iniciativa, “hay chicas de Tenerife, Fuerteventura, Lanzarote, La Palma y ya estamos intentando traer moteras de La Gomera”, ha señalado.
Ella fue la que pensó que la carretera, la moto y el amor por las rutas era una pasión que era mejor vivirla en comunidad, en grupo y con amigas, y fue entonces cuando Club Moteras Canarias arrancó. “Necesito amigas moteras, me decía”, explica Balague, “y al final me dije, voy a hacer un grupo”. Ella misma se ha sorprendido del éxito de su idea, “empezamos siendo unas 10 personas, pero en cuestión de nada, porque el grupo lo creamos en marzo, ya se han unido 100 personas más”.
Ponerse el casco, enfundarse los guantes, subirse a la moto, sentir el rugido del motor, disfrutar de las islas y de sus paisajes a dos ruedas, y esa libertad de las motos es un ritual que comparten millones de personas y que no entiende de género. “Hay otros grupos femeninos pero todos son a nivel de la propia isla y más reducidos”, pero para Club Moteras Canarias no hay límite de usuarias, “somos un grupo formado por mujeres residentes en todas las islas Canarias, con los únicos requisitos de ser motera, ser mujer y residir en el archipiélago”.
Así lo entiende Ana, que ve en este grupo la oportunidad de “reunir a mujeres moteras unidas”, porque para ella “es una gran experiencia”. Es un sentimiento colectivo, y así lo expresan una a una las mujeres que han hecho historia en este club. “Me gustan las motos, me uní a las chicas y la verdad es que hemos hecho un par de rutas y es súper divertido”, ha expresado Mayte Martín. El Club Moteras Canarias aglutina a amantes de las motos de todas las edades, enlazando a varias generaciones con un mismo hobby.
Este es el caso de Raquel, miembro de una familia que comparte una pasión y ahora también el club. “He venido con mi madre, y con ella y con las chiquillas nos vamos hoy de ruta”, celebra, y es que aunque esta vez viaja de paquete, confiesa que su sueño es ser motera.
“Mi hija me ha empujado a unirme, le apetecía ver esto y vivirlo”, señala por su parte la madre de Raquel, Rocha, que se ha puesto hoy el casco para disfrutar de la carretera con la familia que comparte apellido y ahora también con la familia elegida a la que une la pasión por las motos.
“Todas compartimos la misma afición que es montar en nuestras motos y rodar, que al final es lo que nos apasiona a todas y lo que nos hace desconectar de todos los problemas”, ha explicado Garonia Balague. Esta afición común “ha logrado crear un vínculo” que sirve para mucho más que para conquistar la carretera juntas, ya que “ hablamos, nos distraemos, nos divertimos, nos reímos” porque la esencia de Club Moteras Canarias es “el conjunto de varias cosas” que suma cada vez a más participantes ruta a ruta.
“Esta es la tercera ruta que hacemos y la verdad que cada vez hay más participación”, ha confesado, “hoy hemos venido unas 40”. Garonia Balague ha sido una de las propulsoras de lo que hoy ya es “una gran familia”, que confía en que siga creciendo quedada tras quedada y por muchos años, con el objetivo de romper la masculinización de la afición motera y dar visibilidad a una pasión compartida, también por mujeres.
Todos los estilos, marcas y cilindradas en las motos tienen cabida en este grupo, con un crecimiento exponencial marcado por el buen ambiente y el compañerismo, y con el objetivo de pasar un buen rato a dos ruedas, porque “basta con ser chica y tener buen rollo para participar con nosotras”, señala.
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