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''El peor machista es la mujer machista en un puesto de responsabilidad''

La concejal de Juventud e Igualdad de Las Palmas de Gran Canaria, Isabel Mena, huye del tremendismo, aunque reconoce que algunos retos para la igualdad entre sexos son difíciles de alcanzar. Pero no se amilana a la hora de describir los comportamientos que entorpecen ese reto, como la influencia de los medios de comunicación, el lenguaje sexista o el machismo irreductible. “No hay peor machista que una mujer machista en un puesto de responsabilidad”, sostiene.

Isabel Mena (Las Palmas de Gran Canaria, 1981) es la concejala más joven del equipo de gobierno de Jerónimo Saavedra, y se hizo famosa cuando promovió un pronunciamiento institucional de condena de la serie de Telecinco Sin tetas no hay paraíso. Se puede decir que está comprometida con la igualdad desde que en su instituto optó por la asignatura de electrónica frente a la de hogar, que elegían todas sus compañeras de clase.

¿Ha notado en la gente de su generación una evolución positiva o, por el contrario, una involución en esto de la perspectiva de género?

Habrá que hacer un estudio en ese sentido, pero es cierto que se está detectando en las generaciones más jóvenes que tenemos los dos extremos: jóvenes muy sensibilizados, jóvenes que asumen el camino en igualdad desde muy pequeñitos y pequeñitas, pero también que ha habido una vuelta a la cultura machista, sobre todo en los adolescentes, en las personas que tienen catorce, quince o dieciséis años.

¿Y a qué lo achaca? ¿No será sólo por el reagetón?reagetón

No, no, no, peor sí es importante la cultura con la que se han educado esos niños y niñas, es la generación más televisiva, la que ha nacido con muchísimos canales de televisión, la de la sobreinformación, que ha crecido con un ordenador prácticamente dentro de la cuna. Y la información que llega es de todo tipo, pero sobre todo, hay que tener cuidado con los referentes que han tenido: si antes los referentes de mi generación, los más perjudiciales, eran probablemente las películas de Disney, los cuentos de princesas de toda la vida en los que la protagonista femenina nunca tenía un papel activo, sino al revés, su papel era esperar a que viniera un príncipe hombre siempre a rescatarla, en televisión hemos visto una serie de referentes juveniles que desde luego no nos propugnan una cultura antimachista.

¿Tanto influye la televisión como para que este Ayuntamiento haya promovido incluso una condena pública a una serie?

Influye todo. Lo ideal después de tantos años es que la lucha por la igualdad sea a la par, hombres y mujeres juntos, una lucha social. Pero lo que no podemos es estar encontrando obstáculos en el camino constantemente. Y la televisión, los medios de comunicación, son importantes porque estamos acostumbrados a ver la televisión continuamente, a tenerla encendida en casa, a recibir imágenes, y si una persona como yo, de 27 años, percibe muchas imágenes al día, lo que está técnicamente comprobado es que una persona de 15 años percibe muchas más imágenes y sonidos por segundo. Y se sienten identificados. Cuando entras en foros de internet o lees revistas concretas por curiosidad, hay una identificación que a veces sobrepasa la normalidad de las personas con los personajes de las series.

La asignatura Educación para la Ciudadanía, ¿imprime valores relacionados con la igualdad?

Sí, imprime valores de igualdad que hay que transmitir desde pequeños. Me he dado cuenta de que la gente joven de diez, once o doce años no distingue las situaciones de desigualdad, no las identifica. De hecho, en generaciones mayores ocurre lo mismo. Con el programa Iguala, que estamos llevando a cabo en los centros de educación secundaria, me he encontrado situaciones muy significativas como llegar y ver que personas de dieciséis o diecisiete años te dicen que esto es una tontería, que ya estamos todos en igualdad. Y empiezan a identificar las desigualdades a partir del segundo día de clase. Lo mismo nos está ocurriendo con niños y niñas de seis a doce años en unas carpas que tenemos en Santa Catalina: no se dan cuenta de las situaciones de desigualdad hasta que las ven representadas.

La noto a usted muy cuidadosa con el lenguaje no sexista. ¿Es tan importante en esa batalla por la igualdad o se convierte en ocasiones en exceso?

En esto no voy a ser demasiado objetiva porque soy filóloga y, además, me ha apasionado siempre el lenguaje no sexista. Puede resultar un exceso o puede resultar incluso cansino para quien esté oyendo un discurso largo eso de nombrar a los dos géneros, pero lo cierto es que el lenguaje es el vehículo de transmisión cultural, no hay otro. Nos comunicamos a través del lenguaje y nomobramos las cosas que conocemos, lo que no nombramos no existe y no se ve y no se percibe. Las mujeres, y en general el género femenino, ha estado oculto en el lenguaje durante prácticamente toda la historia de la lengua española. Ahora empieza a ser visible y es importante porque nombrar al género femenino hace visible a la mujer dentro del discurso. Lo ideal sería poder llegar finalmente a un discurso neutral que no sea de hombre ni de mujeres; ni de ciudadanos ni ciudadanas, sino de ciudadanía.

Es usted concejala de Juventud e Igualdad, y éso siempre han sonado a marías. ¿Ha cambiado esta concepción en este Ayuntamiento?marías

De entrada ha cambiado el peso que se le ha dado a la concejalía, que ahora es concejalía de gobierno, que se sienta en la Junta de Gobierno y está por tanto en el centro de las decisiones. Hemos aumentado en este primer año el presupuesto de igualdad en un 37%, la mayor subida que se ha hecho en cualquier área presupuestaria. Pero, además, nos hemos sentado con las organizaciones de mujeres las veces que ha hecho falta para que en la calle se sepa que existe una Concejalía de Igualdad que de verdad está llevando a cabo proyectos para concienciar en igualdad. Y yo creo que, sobre todo, ha cambiado en el peso que ha tenido en los plenos: hasta el día de hoy, en prácticamente todos los plenos que ha celebrado el Ayuntamiento ha habido un tema de igualdad a tratar que, además, ha sido siempre consensuado con todas las fuerzas políticas.

Dice Pedro Zerolo que se ha pasado la legislatura de Zapatero en permanente orgasmo político con tantas satisfacciones en favor de la igualdad. ¿Comparte usted esas apreciaciones?

Sí. Creo que ha sido la legislatura de las personas, de la igualdad y de los derechos. Se han conquistado derechos importantes respecto a la igualdad entre mujeres y hombres, casarte con quien quieras, independientemente del sexo de los contrayentes y las contrayentes, con respecto a reconocer que la violencia de género tiene que estar en la Ley y tiene que ser un tema de estado. Se acabaron los tabúes sobre ese asunto, el que se se quede encerrado en casa, y sobre todo, que sea un problema doméstico para empezar a llamarlo por su nombre. Y el primer presidente del Gobierno que ha sido valiente y lo ha llamado “violencia machista” es José Luis Rodríguez Zapatero. Se ha sacado adelante una ley de igualdad entre mujeres y hombres, que es el reconocimiento social a que la igualdad efectiva no existe en la sociedad. Durante muchos años, los políticos, y recalco el masculino, han dicho que los derechos ya estaban, y es cierto, estaban en el artículo 14 de la Constitución y en el Código Penal, pero hay que dar un paso más y decir: muy bien, todo está por escrito en la legislación española, pero no es cierto que se esté cumpliendo.

¿Hay peor machista que una mujer machista?

No hay peor machista que una mujer machista en un puesto de responsabilidad.

¿Está pensando en alguien concreto?

No, no pienso en alguien concreto, pero sí es verdad que podemos ver, y aquí en Canarias lo podemos ver, y que cada uno piense en quien quiera, cómo hay mujeres que una vez que llegan a un puesto de responsabilidad importante siguen promocionando a los hombres y siguen sin hacer nada por las mujeres que tienen alrededor. No basta con ser mujer, sino que es importante tener perspectiva de género.

¿Hay cada día más hombres feministas?

No, hay cada vez más hombres que se unen a la lucha por la igualdad, cada vez más concienciados de que un mundo en igualdad es mejor y que la lucha debe ser una lucha social que incluya a todo el mundo.

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