Los peregrinos ya no se sienten solos en la fe tras participar en la Jornada Mundial de la Juventud
MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
Ha sido más de un millón las personas de todas partes del mundo que se han desplazado hasta Madrid para compartir en comunión la XXVI edición de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y aunque cada uno cuenta una vivencia diferente, hay una sensación que se reproduce en cada testimonio: el peregrino celebra que no está solo en la Fe y que el Papa le guía.
Ese es el “mayor regalo” que se llevan en la mochila muchas de las personas que en los últimos días han visitado Madrid, han rezado en distintos idiomas, han participado en coloquios, exposiciones y musicales, han compartido Vigilia y han puesto cara a otros que, como ellos, están orgullosos de sus creencias.
“No estoy sola. Aquí hay mucha gente con distintos estilos de vida y estamos todos unidos en lo mismo y, tal como están las cosas, es necesario recordarlo”, ha señalado Julita, una peregrina peruana que llegó a España el 5 de agosto y tras recorrer distintas ciudades, como Toledo o Ávila, y conocer Madrid, prepara ya el equipaje para la vuelta a casa.
Cristina, del norte de Portugal opina de forma similar. “Con la crisis de fe que hay ahora en toda Europa, es importante estar unidos en la fe porque tenemos fuertes raíces cristianas”, ha señalado. Según ha dicho, espera que algún día la JMJ se celebre en Portugal, porque Fátima le ha enseñado que “la fe une de verdad a las personas”.
En medio del encuentro, Benedicto XVI al frente de este evento que instaurara su predecesor en el cargo, Juan Pablo II, el llamado 'Papa de los jóvenes'. El suyo ha sido uno de los nombres más coreados y repetidos a lo largo de toda la semana. “Es muy emocionante verle porque él es el sucesor de Pedro, es quien nos representa y nos une en la fe”, ha señalado Maria Teresa, cubana de 26 años.
Rita, de Alemania y voluntaria por la Liga Europea de Scouts Católicos se confiesa “fan” de Benedicto XVI. “Hoy ha sido sin duda el mejor día de la JMJ porque por fin he podido verle y ha sido genial, no he podido evitar gritar como una loca. No sé por qué, es algo que transmite, que notas en el corazón”, ha destacado.
“CONTRA VIENTO Y MAREA”
Tres jóvenes españoles miembros del Ejército de Tierra, se sentaban esta mañana a la cabeza de una de las parcelas laterales, donde se han congregado soldados de ejércitos de todo el mundo y categoría: tierra, mar y aire, mientras Benedicto XVI oficiaba la Misa.
Miguel es un soldado de 26 años que ha pedido permiso a sus oficiales para poder asistir a esta Misa. De todo lo que han supuesto para él estas Jornadas ha subrayado la labor y valentía del Papa, su cercanía. Eso si, le ha llamado la atención que tras la tormenta de ayer sábado todos los asistentes a Cuatro Vientos, liderados por el Papa, hayan aguantado “contra viento y marea”.
Los peregrinos destacan también el ambiente de tranquilidad y amistad vivido entre todos los congregados y la experiencia de haber compartido no sólo la oración, sino también las pertenencias con desconocidos de otras nacionalidades con los que sentían tener tantas cosas en común.
María y Marta, de 16 años y que al término de la Misa conclusiva estaban enrollando ya los sacos de dormir, han afirmado que se llevan “de todo”. “Banderas de Australia, abanicos de Italia, pulseras de Alemania, todo intercambiado con otras personas, pero sobre todo, nos llevamos muchos amigos”, han apuntado.
Desde España, Fernando, de 16 años ha destacado que estas jornadas han sido “maravillosas” porque ha podido ver al Papa por primera vez, cercano, amigable y al que se le nota que “quiere a todos”. “Quiero darle las gracias porque se le notaba cansado y ha hecho un gran esfuerzo”, ha añadido.