San Bartolomé de Tirajana se despide de Laudencio García y su familia
Tristeza e impotencia fueron las sensaciones que invadieron a los miles de vecinos que la tarde de este jueves han estado acudiendo constantemente a despedirse del concejal de San Bartolomé de Tirajana Laudencio García, fallecido junto a su familia fallecidos en Barajas.
Los restos del edil y sus parientes, a los que desde las 12.55 horas fueron a recibir familiares, representantes políticos y compañeros de la corporación en la base aérea de Gando, es velado en el Pabellón Deportivo de El Tablero de Maspalomas.
Hasta él fueron acompañados por un cortejo fúnebre que durante media hora se desplazó por el carril derecho de la autopista GC-1.
Cientos de personas, incluidos equipos médicos, psicólogos, ambulancias y vehículos policiales, cuyos agentes, uniformados para la ocasión, escoltaron el traslado de los féretros al interior del recinto, les esperaban ya a su llegada.
Una gran alfombra roja cubre el suelo de la instalación deportiva, acondicionada con numerosas sillas donde los familiares, políticos, compañeros docentes y amigos de la familia observan los cuatro féretros, rodeados de numerosas coronas florales.
En el lugar pasarán la noche hasta este viernes, a las 11.00 horas, cuando se oficiará una misa en la Parroquia de la Santísima Trinidad de El Tablero para luego enterrar sus cuerpos en el Cementerio de Pedrazo.
Decenas de niños, alumnos de ambos esposos, fueron, acompañados por varios psicólogos que les animaban, a darles el pésame, mientras algunos de los visitantes han tenido que ser atendidos por crisis de ansiedad y otras incidencias médicas propias de la situación.
Agradecimiento de la familia
Las familias de Laudencio García y Lucrecia Hernández han remitido una nota en la que agradecieron a todas las autoridades nacionales, autonómicas, locales y eclesiásticas; así como a los colectivos políticos, y sociales de Gran Canaria y, en particular, de San Bartolomé de Tirajana, “el cariño, afecto, comprensión y ayuda prestada durante estos días”.
“Sabemos muy bien que Laudencio, como concejal de Educación, Cultura y Patrimonio por Nueva Canarias, ha estado siempre implicado en todo tipo proyectos sociales y humanitarios en San Bartolomé de Tirajana, y cómo ha sido un profesor querido y popular en este municipio del sur de Gran Canaria”, añade la nota.
Su sonrisa en cada una de sus actuaciones; bien como líder vecinal, bien como político o como director de los colegios públicos Las Dunas, Oasis y Pepe Monagas han sido alguna de las cosas “que más nos habéis recordado estos días con vuestras llamadas telefónicas y vuestros mensajes”, prosigue.
Pérdida para el colegio Pepe Monagas
Su mujer, Lucrecia, ocupará para siempre un lugar privilegiado “en nuestros corazones, además de una excelente maestra” en el colegio público Pepe Monagas, “nuestras familias” y San Bartolomé han perdido a una persona “valiente, optimista; sostén de su familia y enamorada de su trabajo y sus dos hijos, cuyas vidas se han truncado en el mejor de los momentos.
“Nos queda la sensación de que a muchos niños de primer ciclo en el sur grancanario se les ha ido ese Rey Mago que siempre se acordaba de poner un regalo en el colegio a todos aquellos que no recibían nada por Navidad en casa, y a muchos padres se les ha ido la maestra que no se conformaba con que los niños aprendieran”, agregan.
En cuanto a los hijos de Laudencio y Lucrecia, Elena y Carlos, señalan que, con 16 y 14 años, respectivamente, habían heredado de sus padres la sensibilidad, el amor por el trabajo y el cariño a los demás: “Dos almas que aún no conocían nada de la vida, pero que ya se habían imbuido de bondad, disciplina y sensibilidad por los más frágiles”.
Al ser materialmente imposible agradecer personalmente las innumerables pruebas de cariño a todos los responsables políticos, institucionales, amigos y demás compañeros de trabajo, la familiar aprovechó para haceros llegar un fraternal abrazo “que os devuelva, en la medida de lo posible, el calor que nos habéis hecho llegar en estos interminables días”, concluye el texto.