Suspenden el juicio contra Damián M.P. por intento de secuestro y violación
La Audiencia de Las Palmas acordó este jueves suspender el juicio contra el acusado de intentar secuestrar a dos niñas en Las Palmas de Gran Canaria y en Vecindario, y abusar sexualmente de una de ellas, por sufrir un “enorme estrés” y no estar en condiciones de afrontar la vista.
Así lo manifestó su abogada, Josefina Navarrete, quien aportó al tribunal un informe psiquiátrico sobre el estado del acusado Damián M.P., quien será sometido este jueves a un nuevo examen médico a petición del fiscal para acreditar su situación y para que dictamine cuándo podría comparecer ante la sala.
El acusado, para quien la defensa solicita su absolución, se enfrenta a 12 años de prisión, pena que la letrada consideró “enormemente grave”, pues sostuvo que el fiscal pide el grado máximo de los delitos de intento de detención ilegal y de abuso sexual sin circunstancias agravantes que justifiquen esa petición.
“Estamos en una situación muy grave y lamentable” por las desapariciones que se han producido en la isla por los casos de la joven Sara Morales y el niño Yeremi Vargas, que afirmó que merecen el máximo respeto, pero que “tan grave es que queden personas sin penalizar como que haya una persona inocente” que resulte condenada o “se vea involucrada y soporte sobre sus espaldas esta situación”.
Testigos y familiares se concentraron en la Audiencia
Testigos y familiares de las dos niñas a las que supuestamente el acusado intentó secuestrar reclamaron Justicia y coincidieron en que no estarán tranquilos hasta que se le encarcele, según señalaron a los medios de comunicación que se concentraron desde primeras horas de la mañana en la sede de la Audiencia de Las Palmas.
La madre de una de las niñas, Candelaria G.G. manifestó que su hija, ante la celebración del juicio, sufrió una mezcla de “alegría y nervios” y la situación le supera, pues siempre que va por la calle siente miedo, y hasta ha perdido 25 kilos.
Manifestó su satisfacción por haber conseguido “sentar en el banquillo al acusado” y confió en que la sentencia sea ejemplarizante para que este tipo de agresores “se lo piensen mucho” antes de actuar y “no hagan lo mismo que él”.
En cuanto a la situación mental del acusado, sostuvo que “una persona que hace todos los días un seguimiento” de su posible víctima y espera a que llegue el momento adecuado “no está loco”.
“Un loco no toma tan firmemente una presa”, agregó la madre de la niña, quien aseguró que el acusado aguardaba a su hija a la entrada y salida del instituto, al ir al supermercado y al gimnasio, y que la abordó en tres ocasiones, si bien en la tercera fue cuando la intentó secuestrar.
Según el escrito del fiscal, sobre las 22.30 horas del 27 de agosto de 2007 la menor iba por una calle de la localidad de Vecindario en dirección hacia su casa cuando el acusado, “nuevamente”, se le acercó y la agarró fuertemente de los brazos y los hombros al tiempo que trataba de introducirla en una furgoneta blanca que había aparcado a escasos metros.
La joven logró escapar pero padeció una leve contractura en el hombro derecho y dolores en el cuello, señala el escrito.
El otro intento de rapto se produjo el 21 de diciembre de 2006, en la capital grancanaria, cuando el acusado se dirigió a otra menor que paseaba por la calle y la agarró por detrás y le tocó los pechos al tiempo que le decía “qué rica estás” mientras trataba de llevarla hacia su furgoneta blanca, aunque la resistencia de la joven se lo impidió.