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“La tuberculosis sigue siendo una enfermedad de pobres en España”

El doctor español José Caminero. EFE/ Imane Rachidi

Imane Rachidi (EFE

La Haya —

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El doctor del hospital grancanario Doctor Negrín José Caminero, que cada año se recorre el mundo luchando contra la falta de atención a la tuberculosis, aseguró este domingo a Efe que en España esta sigue siendo “una enfermedad de pobres” a la que los médicos “no dan prioridad” a la hora de diagnosticar a un paciente con tos prolongada.

“Al ser la tos prolongada el síntoma más frecuente, el paciente se demora mucho en ir al hospital, especialmente si fuma. Cuando llega al médico generalista, que normalmente se ha olvidado de la tuberculosis porque ve poca, nunca piensa en esta enfermedad como prioridad. Y eso prolonga la situación”, afirma este neumólogo del Hospital General de Gran Canaria Doctor Negrín.

Comparadas con el resto del mundo, las tasas españolas de tuberculosis -de entre 10 y 15 casos por cada 100.000 habitantes- son “bajas”, reconoce, pero España y Portugal son los que más contagios tienen en Europa occidental, recuerda Caminero, voz mítica de la Conferencia Mundial de la Unión sobre Salud Pulmonar que celebró esta semana en La Haya su 49 edición.

En España, no ha habido “nunca un buen programa de control en más de 20 años, pero sí unas condiciones muy favorables para que la tuberculosis haya ido bajando y también olvidándose”, señala, en referencia a las condiciones socioeconómicas del país.

“La semana pasada vi a un chaval de 24 años que vino al hospital después de haber perdido 20 kilos de peso. ¿Cómo es posible que nadie sospechara que hubiera algo? La gente se ha olvidado de la tuberculosis”, lamenta, y lanza una advertencia de que esto podría provocar un retroceso.

Explica que esta enfermedad se transmite al toser y “en ambientes hacinados donde vive mucha gente, se contagia a más personas”, pero cuando un país incrementa su nivel de vida, “vive menos gente dentro de las casas” y eso hace que el número de posibles contagios sea inferior.

Caminero lleva más de treinta años atendiendo pacientes con tuberculosis en las islas Canarias y asegura que es “una enfermedad de pobres” tanto en países ricos como España, como en los que tienen menos recursos, como en África, donde hay regiones que registran 300 casos por cada 100.000 habitantes.

“Tienen más tuberculosis los pobres de los países ricos que los ricos de los países pobres. Es un problema realmente social”, compara.

En los últimos veinte años, Caminero ha viajado de media una semana de cada cuatro a misiones en diferentes lugares en busca de un mayor control de esta enfermedad y ha estado ya varias veces en 50 países: toda América Latina, la India, Sudáfrica, Zimbabue, China, Indonesia, Filipinas, Zambia, Namibia, Etiopía o Siria.

“Cada año hago unas doce misiones, pero nunca dejo el hospital porque a mí lo que me gusta es ver pacientes, no la teoría. Prefiero dar un tratamiento u otro, enfrentarme al reto cada día, a los nervios”, explica este miembro de la Unión Internacional Contra la Tuberculosis y Enfermedades Pulmonares desde 1996.

Uno de sus focos de interés son las poblaciones indigentes de América Latina, donde “viven tremendamente hacinados y son muy pobres”, dos factores favorecedores del contagio de la tuberculosis, que también provoca “desnutrición”.

“Esto es una batalla entre un bicho que entra en tu cuerpo y tus defensas, que bajan porque no comes bien. La tasa de tuberculosis en las poblaciones indígenas es de las más elevadas, incluso más que en los peores lugares de África”, dice este médico, nacido en Valdepeñas, sur de Madrid.

Diferentes grupos, junto a la Organización Mundial de la Salud (OMS), están realizando en la actualidad esfuerzos para formar a líderes locales de las poblaciones indígenas “que no hace falta que sepan ni leer ni escribir” y que, a cada persona que vean toser mucho, le recojan un esputo para hacer un análisis in situ.

El interés por la tuberculosis le viene de la familia Caminero: su tío y su padre tuvieron esta enfermedad y él también la sufrió, pero su progenitor no le contó la verdad hasta que él se hizo médico: “hay un estigma monumental sobre esta enfermedad, lo que lo complica todo”, lamenta.

“Pero hay quien sigue insistiendo en que es culpa de los inmigrantes. Los europeos llevamos miles de años con la tuberculosis. Para los que llegan aquí, esta es una enfermedad importada. Nosotros la llevamos a África y a las poblaciones indígenas. Y ahora les está matando a ellos”, alerta.

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