UTE entre camellos
Tres organizaciones independientes de distribución al por menor de hachís de Tenerife formaron una especie de unión temporal de empresas (UTE) informal para adquirir una tonelada de esta droga en Marruecos, que fue transportada en una lancha neumática hasta la isla.
“Así abarataban costes y minimizaban riesgos”, explicó en rueda de prensa Ricardo Arranz, teniente coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Santa Cruz de Tenerife, y añadió que es la primera vez que se detecta en la isla este tipo de asociación.
En la operación, denominada Médano y en la que se han incautado 1.070 kilos de hachís en dos desembarcos, con un valor en el mercado de 1,3 millones de euros, han sido detenidas catorce personas, tres de ellas los tripulantes de una zodiac que desembarcó 900 kilos en la playa de Abades, en el municipio de Arico.
La investigación del Equipo Contra el Crimen Organizado (ECO) de la Guardia Civil se inició en abril, al detectarse un aumento de la oferta de hachís, lo que llevó a la localización de tres sospechosos en el sur de Tenerife, en torno a los que se desplegó un dispositivo de seguimiento que resultó complejo, ya que cambiaban habitualmente de domicilios y vehículos.
Estas tres personas formaban un grupo de distribución autónomo, pero se concertaban con otras redes para reunir el dinero y compartir el contacto que facilitaba la adquisición de la droga en Marruecos.
Contacto común
Los tres grupos de distribución que se concertaban operaban en Las Galletas, San Isidro y Santa Cruz de Tenerife y tenían un contacto común en Marruecos que se ocupaba de adquirir y trasladar la droga.
Una vez en la isla, el hachís se guardaba en garajes y se distribuía entre los tres grupos.
El 10 de septiembre se produjo un desembarco de 176 kilos de hachís en el norte de Tenerife, y fueron detenidas cinco personas, pero las investigaciones continuaron al conocerse que en torno a noviembre se produciría otra entrega.
Finalmente, el segundo desembarco, de 900 kilos de hachís, se retrasó hasta el 10 de diciembre de madrugada en la playa de los Abades, en donde un dispositivo de la Guardia Civil desde tierra y una embarcación del Servicio Marítimo vigilaba con discreción.
La droga fue cargada en dos furgonetas y la embarcación recargó combustible y se disponía a regresar a la costa marroquí, a dos días de navegación, pero en ese momento intervino la Guardia Civil.
La mercancía, interceptada
Una de las furgonetas fue interceptada y la otra consiguió huir tras golpear a uno de los vehículos de la Guardia Civil, pero fue encontrada abandonada al poco tiempo, con la droga dentro, mientras que sus ocupantes habían escapado, aunque como estaban identificados fueron detenidos a lo largo del día.
Simultáneamente, la embarcación del Servicio Marítimo de la Guardia Civil se hizo visible, de manera que los tres tripulantes de la lancha neumática renunciaron a huir por mar y fueron detenidos en la playa.
Los detenidos, tres mujeres y once hombres, tienen entre 20 y 48 años, y entre ellos hay siete marroquíes, cuatro españoles, un argelino, un francés y un venezolano.
Además de los 1.076 kilos de hachís, en la operación se intervinieron dos furgonetas, dos turismos, una embarcación zodiac, material informático y electrónico, diez teléfonos móviles, cinco GPS, 1.400 euros y documentación relacionada con las operaciones.
Tras esta operación, dirigida desde el Juzgado de Instrucción Número Uno de Güímar, se da por desarticulada la red.
El subdelegado del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife, José Antonio Batista, que acompañó a Arranz en la rueda de prensa, calificó la operación como brillante.