La vida es Facebook
Ayer se celebró la cuarta edición de la conferencia anual de Facebook. La red social, ya cuenta con más de 800 millones de usuarios en el mundo 15 millones de ellos registrados en España. Todos estos usuarios ya habrán podido percatarse de los recientes cambios en el diseño y funcionalidad de la red social que tienen como único objetivo que cada vez compartamos más información con más gente en todo el mundo. “Ahora, muchas personas ven las redes sociales como una herramienta para estar conectado a diario” dijo el consejero delegado de la red social, Mark Zuckerberg.
Cambios en los perfiles, más posibilidades en el empleo del botón “me gusta”, la posibilidad de usar determinados verbos para que el internauta pueda explicar qué le gusta comer, leer, ver, escuchar, etcétera. Zuckerberg lo argumentó: “Leemos muchos más libros de los que nos gustan, así que podremos contarlo”. Con estos cambios Facebook reafirma su intención inicial de que toda nuestra vida esté reflejada en la red.
Yo también me uní a un grupo
Desde tiempos inmemoriales los seres humanos tendemos a agruparnos, a buscar nuestra identidad en las cosas que tenemos en común. Nos encanta saber que no estamos solos y ese ha sido uno de los mayores logros de las redes sociales en los últimos tiempos, que personas de diferentes latitudes descubran que hay otras que piensan igual, sienten igual, se plantean y les preocupan las mismas cosas. Esto se refleja en los grupos de Facebook. Los hay de infinidad de tipos: grupos hechos por negocios para dar publicidad a sus productos, por asociaciones u O.N.G s, grupos de fans de escritores, actores, cantantes? Pero sin duda, los más divertidos son los creados por los propios usuarios, ahí es donde demuestran su originalidad y sentido crítico con la actualidad y con la vida en general.
Una característica importante de muchos grupos de Facebook es encabezar su nombre con las palabras: “Yo también?”; Por ejemplo; “Yo también creo que Jack el de Titanic, cabía con Rose en el tablón de madera” o “yo también soy tan blanco que la gente me pregunta si estoy bien”. La foto que ilustra éste último grupo, corresponde a Andrés Iniesta sin camiseta, y no es casualidad. En lo referente a grupos relacionados con el fútbol, los hay tan inquietantes como: “Yo también creo que había una conspiración para matar a Piqué en el mundial”, ilustrado con una fotografía del jugador en el mundial de Sudáfrica 2010, con un apósito en la ceja, sangre en la nariz y tiritas por toda la cara.
Los grupos más divertidos sobre fútbol, lo son gracias a que a Sergio Ramos, jugador del Real Madrid, se le cayera la Copa del Rey desde la guagua mientras que paseaba a su equipo por la capital de España ante cientos de miles de aficionados. Esta anécdota, tuvo reacciones prácticamente inmediatas en las redes sociales, cuando pudimos observar a los cinco minutos grupos como: “Si en vez de Rafiki, levanta Sergio Ramos a Simba, la película dura cinco minutos”.
Mención especial merecen los grupos relacionados con temas sociales o políticos, se lleva la palma el alusivo a la muerte de Bin Laden por parte de Estados Unidos: “Hay que ser muy malo para que te mate un premio nobel de la paz”.
Pero sin duda los grupos preferidos de los internautas a juzgar por el número de miembros que atesoran, son los surrealistas, absurdos o graciosos, algunos ejemplos: “Salir del bar a que te dé el humo” o “Hacerte el muerto cuando tu pareja te dice: Tenemos que hablar”.
Un mundo azul Facebook
Es pronto para prever la repercusión histórica de esta nueva forma de relacionarnos, pero es evidente que está revolucionando nuestras vidas, de modo que a nuestros amigos, nuestras aficiones, e incluso las relaciones sentimentales , las encontramos a través de las redes sociales. Así lo ha querido plasmar el cantautor gran canario Víctor Lemes, recientemente en su divertida canción Ciberespacio. Una composición que resume bastante bien como afecta en nuestra vida este fenómeno social de la informática, como es Facebook.
Las redes sociales ahora cosen los sacos rotos donde antes caían las protestas de los egipcios, los gritos de desesperación de los saharauis o los llantos de los niños del sur del mundo. Ahora todos sabemos que no estamos solos, que hay gente que lucha, que no se queda de brazos cruzados, gente que quiere reír a pesar de la crisis, que tiene sentido del humor, que también está enfadada y ese ha sido el milagro de internet en los últimos tiempos, recordarnos que en donde quiera que estemos, toda la humanidad tenemos algo en común y es que pertenecemos a ella. Pequeños grandes cambios a golpe de clics de ratón.