Nuevo colapso en el Parque Nacional del Teide en un día no festivo, con un creciente número de todoterrenos, quads, motos y turistas
El pasado 15 de agosto, ese día tan marcado en Tenerife por la festividad de La Candelaria y porque es fiesta en toda España, Canarias Ahora se hizo eco del colapso sufrido en muchas zonas de Las Cañadas del Teide por la masiva presencia de vehículos todoterreno, coches mal aparcados, motos, gente caminando de forma temeraria por tramos de vía, en los arcenes para sacar fotos con no menos riesgo, sonidos impropios de un Patrimonio de la Humanidad, áreas de difícil paso por la masificación y peligrosas maniobras de giro. La información resultó muy compartida y, al poco, se multiplicaron los anuncios de medidas futuras, pero es que, este mismo miércoles 24 de septiembre, una jornada no festiva y a las 20:00 horas, ha dejado múltiples imágenes igual o incluso menos edificantes, con las mismas atrocidades y hasta gente miccionando en los arcenes porque les importan tres retamas y media el qué dirán, el respeto cívico y uno de los parques nacionales más emblemáticos del mundo.
Tal y como trasladaron en agosto a este periódico algunos testigos de aquel colapso del día 15, que hizo que hubiera broncas y reproches hacia los responsables de excursiones con todoterrenos que significan cualquier cosa menos algo relacionado con la sostenibilidad y un lugar como el padre Teide, la mayoría de estas empresas son de italianos o ingleses muy poco respetuosos con un lugar como este. Lo de menos es su origen (desde luego, esos “empresarios” no han llegado en cayuco o patera a las Islas), lo relevante es la consecuencia que dejan en Las Cañadas del Teide cada día de la semana, sin que los anuncios o medidas previas estén evitando algo.
Se trata de una preocupación existente desde hace décadas, pero esto va a más. En los vídeos trasladados a este periódico, se pueden contar safaris de todoterrenos con hasta doce vehículos aparcados en un lateral de una de las rectas de Las Cañadas para contemplar la puesta de sol y el mar de nubes. Justo al lado, varios integrantes de la expedición se alivian la vejiga mientras los que pasan con coches particulares los graban con o sin conciencia de ello.
Un poco más adelante, el colapso en uno de los arcenes lo desata una colección de motos, o se acumulan otros vehículos mal aparcados, se multiplican los quads, visitantes temerarios cruzan las vías sin tener muy en cuenta los riesgos de atropellos y la sensación generalizada de cualquiera que asista a este “espectáculo” es de caos e insensibilidad mayúscula.
El 15 de agosto se encendieron todas las alarmas porque aquello, según numerosos testigos, no se había vivido, pero este miércoles 24, un día no festivo como cualquier otro, la situación ha sido casi calcada, mientras los anuncios siguen, y siguen, y siguen…
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