El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, que pidió bajar la isla a nivel 1 en junio, tacha de “error garrafal” relajar medidas sin tener al 50% de la población inmunizada
El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez (Coalición Canaria), ha opinado que ha sido un “error garrafal” por parte del Gobierno central el suprimir el estado de alarma sin haber tenido vacunado contra la COVID al menos al 50% de la población, así como permitir que no se usen las mascarillas en exteriores cuando haya distancia de seguridad: “Esto lo leeremos en los manuales de historia”, se ha atrevido a decir el mandatario. Sin embargo, hace apenas tres meses Bermúdez defendía todo lo contrario y poco antes de que el Gobierno de Pedro Sánchez anunciase que las mascarillas dejarían de ser obligatorias en exteriores, Bermúdez afirmaba que debería suprimirse su uso en la isla de Tenerife. “No parece lógico, no tiene sentido si hay distancia”, dijo entonces. Poco después, cuando se hizo público el fin del uso obligado, Bermúdez se posicionó en contra, y hoy lo califica directamente de “error garrafal”.
Bermúdez, que ha hecho estas declaraciones en Cope Tenerife, ha afirmado que “siempre ha defendido que el toque de queda es la medida más eficaz para luchar contra la pandemia” y que esa es la medida que “más agradecen los policías locales” porque es “clara y objetiva: a partir de una hora no se puede estar en la calle”.
El resto de medidas anunciadas por el Gobierno de Canarias, como el cierre de playas desde las 20.00 horas, ha añadido, “ya se venían realizando” en el municipio. “Tenemos experiencia”, ha dicho. Esta restricción comenzó a aplicarse hace solo dos semanas en la capital tinerfeña, cuando los casos en la isla de Tenerife, y especialmente en el municipio capitalino, ya estaban disparados y se daban fines de semana “moviditos” (como los ha calificado la propia Policía Local) con botellones en playas, parques y canchas. La experiencia no ha evitado que esto se siga produciendo, con este último fin de semana como ejemplo.
Otra contradicción en CC
Tenerife es actualmente la isla más golpeada por el coronvarirus, la que presenta un mayor número de contagios diarios (327 este viernes), más ingresos en UCI y peor incidencia acumulada. De la isla, el municipio peor parado es su capital. Todo junio fue nefasto para la isla, que sumó 3.200 contagios a lo largo del mes. La tendencia ascendente ya se apreciaba en la curva a finales de mayo y sin embargo, en aquel momento, Bermúdez manifestó públicamente su indignación al afirmar que no entendía por qué Tenerife continuaba en nivel 2 de alerta sanitaria en lugar de bajar al nivel 1. Ahora, con la pandemia disparada en las islas, afirma ante los micrófonos que “usted [refiriéndose al Gobierno] no puede relajar las restricciones sin tener inmunidad de rebaño”. El que pedía bajar al nivel 1 hace apenas un mes afirma que “no se pensó bien, no se meditó bien el relajar demasiado pronto las medidas y eso, fundamentalmente, parte del estado de alarma”.
El opinar una cosa y poco después la contraria viene siendo la tónica habitual de Coalición Canaria en esta pandemia y así hemos visto cómo en un mismo discurso Carlos Alonso, expresidente del Cabildo tinerfeño, criticaba que el Gobierno regional subiera a Tenerife al nivel 3 de alerta pero ponía sobre la mesa la posibilidad de solicitar el estado de alarma para todo el archipiélago; o ahora a Bermúdez criticando que decayera el estado de alarma y se relajasen restricciones después de que él mismo pidiera menos nivel de alerta para Tenerife.
Preguntado por qué se puede hacer para controlar la pandemia sin estado de alarma, Bermúdez ha apelado a la “responsabilidad individual”. Sin ella, “la policía, los ayuntamientos, cabildos o el Gobierno no podemos hacer nada”, aunque luego ha añadido que están “poniendo todos los medios para evitar las concentraciones de jóvenes”.
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