El 10N en Tenerife: CC sigue en caída libre y Vox le gana terreno en el mundo rural
Los resultados de los comicios del pasado 10 de noviembre dejan en Tenerife, el tradicional feudo de Coalición Canaria (CC), un mapa mayoritariamente socialista. La formación nacionalista ha concurrido por primera vez a unas elecciones generales sin poder en el Gobierno autonómico, fuera de los cinco cabildos en los que estaba asentada (La Palma, Lanzarote, Tenerife, El Hierro y Fuerteventura) y expulsada por el PSOE de los dos principales ayuntamientos de la Isla: Santa Cruz de Tenerife y San Cristóbal de La Laguna. En este contexto, la pasada noche electoral retrató una nueva caída de CC, con 24.049 votos menos que el 28 de abril y posicionándose como primera fuerza solo en tres municipios: La Orotava, Garachico y El Sauzal.
En tan solo seis meses, el partido que Ana Oramas representa en el Congreso de los Diputados ha abandonado el primer puesto en ocho municipios, principalmente en el norte de la Isla: La Victoria, Santa Úrsula, San Juan de la Rambla, La Guancha, Icod de los Vinos, El Tanque, Vilaflor de Chasna y San Miguel de Abona. Por tanto, a pesar de que el nacionalismo canario mantenga sus dos diputados en Madrid tras la alianza CC-NC (que dio un escaño por cada provincia), CC sigue perdiendo influencia ya que ha pasado de obtener dos diputadas en la provincia occidental a conseguir solo una, dejando fuera de la Diputación Permanente a Guadalupe González Taño.
El avance de la extrema derecha, que ha pasado de no obtener representación en Canarias a sacar dos diputados, ha dado a Vox más apoyo que a CC en algunas áreas rurales de Tenerife. Es el caso de La Matanza, un municipio mayoritariamente agrícola caracterizado por la producción de vino y donde el partido de Santiago Abascal ha sido el segundo más apoyado, por debajo del PSOE y superando al Partido Popular. Por otra parte, en El Rosario, Vox ha arrebatado el tercer lugar a la formación nacionalista, que este 10N obtuvo un 12,48% del total de votos en la circunscripción frente al 15,95% alcanzado el 28 de abril.
Entre la primera y segunda convocatoria electoral, la ultraderecha ha conseguido el doble de electores en la Isla, pasando de 28.336 votos a 48.461. En Granadilla, Vilaflor, Adeje, Arona y San Miguel de Abona, municipios en los que muchos de sus barrios se encuentran entre el 40% de los más pobres de España, Vox se ha convertido en tercera fuerza política por detrás del PP.
Por el contrario, el nacionalismo canario y la extrema derecha se debilitan en las dos grandes ciudades de Tenerife. En La Laguna, Unidas Podemos obtuvo el 19,01% de los votos, siendo la fuerza más votada solo por detrás del PSOE. En la capital, donde la abstención ascendió al 38,5%, el PP sustituye a la formación morada en el segundo lugar con 5.100 votos más que en abril, mientras que UP perdió 3.263.
Ciudadanos no se recupera de su crisis en la Isla
Al igual que en el resto del Archipiélago, Ciudadanos se desplomó este 10N en Tenerife, perdiendo 43.416 votos respecto al 28A. La crisis del partido en Canarias comenzó tras las elecciones municipales del 26 de mayo, cuando dos concejales de la formación facilitaron la investidura de Patricia Hernández (PSOE) como alcaldesa de la capital tinerfeña tras 40 años de liderazgo de Coalición Canaria.
A pesar de que los concejales, Matilde Zambudio y Juan Ramón Lezcano, insistieron en que no habían recibido ninguna orden de no pactar con los socialistas, Cs los expedientó y expulsó del partido entre acusaciones de “transfuguismo”. Sin embargo, la expulsión fue suspendida el 14 de octubre por la magistrada del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Santa Cruz de Tenerife, María Gabriela Reverón González.
La confrontación interna del partido costó la dimisión de la secretaria de organización de Ciudadanos en Gran Canaria, Guayarmina Méndez, decepcionada con una formación política “machaca la opinión y la crítica y ensalza a aplaudidores, trepas y pelotas”. Siguió sus pasos el primer coordinador de Ciudadanos en el Archipiélago, Mariano Cejas, que se despidió asegurando que la organización política se había convertido en “la marca blanca del PP”. De esta forma, auguraban la fragmentación en el Archipiélago de un partido que, de acuerdo con las palabras de la concejala Zambudio, “había muerto”.
