Ya habrán leído en esta misma edición la triste noticia de la agresión sufrida por tres universitarios canarios en Hungría a manos de unos neonazis, de esos que abundan incluso en países recién llegados al club europeo. La actuación de la policía fue lamentable y requeriría una investigación reclamada por el Reino de España. Pero peor es, si cabe, el modo de actuar del hospital donde se negaron a atender a los heridos alegando que debían abonar antes los servicios. De nada sirvió que mostraran los tres seguros que les daban cobertura, se cerraron en banda y punto. Todo lo contrario de lo que ocurre aquí con los estudiantes europeos que utilizan las mismas becas Erasmus: se les mima, se les atiende y se les da cobertura sanitaria cuando la precisan. Mientras, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, tardó más de medio día en reaccionar y enviar la correspondiente carta de protesta. Y eso que el padre de uno de los agredidos es profesor de esa institución.