Nuevo capítulo de la saga Proa al marisco, te lo juro por Snoopy que protagoniza el PP canario desde hace unos días, cuando a José Manuel Soria le dio la revolina de cerrar la tele canaria e imponer el toque de queda allí donde le permitan. A punto ha estado de tocarle al canapé, ese minúsculo bocadito, con pinta de montadito, pero en fino, a caballo entre la tapa de toda la vida y la bollería fina de las dulcerías modernas. Le han salvado los asesores, que han pedido a Soria que no lo prohíba definitivamente y que, pese a ser sorprendido su gobierno municipal contratando miles de ellos para repartirlos de aquí al 25 de mayo, los va a mantener como Manolo que se llama. Dice que es compatible el sarao y el ágape con la mejora de la calidad de la enseñanza (olé) que presta este pedazo de consistorio, y que al que no le guste, que no mire. Pues claro que es compatible, añadimos nosotros, como lo es tener una televisión autonómica y resolver los problemas sociales de los canarios; o como es compatible la democracia con atentados contra las libertades como los que reparte últimamente con tanta alegría el PP, o como es compatible la existencia de candidatos como él con la grandeza de la política.