No se admite el menor titubeo. Lo tuvo la concejal del PP de Santa Brígida Guadalupe del Río en una comisión informativa de Urbanismo, y ha acabado fuera de la Junta de Gobierno y recluida exclusivamente a competencias de Servicios Sociales. No es la primera vez que esta concejal tiene problemas con un alcalde de su partido: ya en una ocasión la apartó del poder Carmelo Vega por un quítame allá esas pajas (con perdón), y ahora ha tenido un encontronazo con Lucas Bravo de Laguna por preguntar por la legalidad de un convenio con Gesplan para la redacción del Plan General de la villa. Lupe tiene votos y carácter, dicen quienes la conocen. Gracias a lo primero sigue en el Ayuntamiento y por culpa de lo segundo, el niño bravo la ha apartado del poder.