Adán Martín no dio a los instaladores ni una sola alegría. Se limitó a soltar lo que soltó de hacer el congreso en Tenerife, les dijo que el Gobierno no tiene dinero para esos dispendios y, tras escucharlos un ratito, terminó mandándolos a hablar con el presidente del Cabildo grancanario, José Manuel Soria, o con su hermano Luis, consejero de Industria. Soria los remitió a Cristina Reyes, consejera de Industria y Comercio del Cabildo, que tuvo a los promotores del congreso haciendo antesala más de tres cuartos de hora, hasta que optaron por marcharse. Estaría ocupada en la moda cálida o en la feria de bodas. Ahora esperan que se celebre el encuentro que han pedido con el presidente insular, que ha anunciado que los recibirá el día 2.