Dicen los expertos en fenómenos extraños que el antiguo hotel Metropole de Las Palmas de Gran Canaria sigue encantado. Allí escribió apasionantes historias de crímenes con castigo la británica Agatha Christie, y una placa la recuerda en la entrada de atrás como previniendo a todos los contribuyentes de que, a partir de ese momento, cualquier cosa es posible en el hotel de los líos. Pero no son sólo los contribuyentes las víctimas de los poltergeist que se producen allí. Conocemos casos de empresas que han tenido la osadía de presentarse a concursos muy complicados, esos que tienen como fenómenos en presencia a parientes cercanos a los habitantes de la sexta planta. Y aun a pesar de las advertencias de los cazafantasmas y de los exsorcistas, van y se presentan. (Incautos, que son unos incautos). Pues bien, uno de los fenómenos más extraños que ha vivido una empresa concursante fue la desaparición de un ordenador portátil conteniento la propuesta para un concurso de ocho años y cientos de millones de euros. Perdieron (aunque la cosa está recurrida) y a pesar de reclamarlo, nadie les ha querido devolver el ordenador. ¿Lo habrán vendido para tapar algún pufo?