Muy interesante, a la par que disputada, se presenta este martes la elección de nueva junta directiva de la Confederación Canaria de Empresarios. Mario Rodríguez y Sebastián Grisaleña se disponen, cada cual a su manera, a enterrar los malos modales que han presidido el funcionamiento de la patronal estos últimos años. El empeño de unos cuantos de imponer personas dóciles y la incapacidad del colectivo para impedirlo, provocaron lo que ahora se trata de corregir, y para lo cual deseamos suerte a ambos contendientes. Sin embargo, hasta el último minuto, Tony Rivero, el presidente saliente, no ha sabido mantener la neutralidad: valiéndose de los medios de la Confederación que se dispone a abandonar (incluida la tarjeta de crédito) ha trabajado con denuedo para uno de los dos candidatos, lo que ha sido el único lunar de una campaña entre personas civilizadas llamadas a liderar a un colectivo imprescindible.