Por un sorprendente discurso, cargado de grandes alabanzas políticas a José Manuel Soria, acabó la carrera de dirigente empresarial de Antonio Rivero, por entonces presidente de la Confederación de Empresarios. Su sucesor, Mario Rodríguez, no se ha quedado corto durante los años en que ha ejercido ese cargo y, como bien presume él mismo, ha hecho cabrear a todos los partidos políticos. Esa habilidad la atribuye Rodríguez a su neutralidad, pero los que ya le conocen de sobra piensan que se trata más bien de torpeza, de incapacidad para manejar la realidad política. Su última aportación a su particular catálogo de disparates fue decir el domingo en La Provincia que tras las elecciones generales de 2004, Canarias ha perdido peso en Madrid. Será porque no está Mauricio intermediando, porque con el PP jamás hubo ministro canario y nos consta que el que está mueve muchas cosas. Clínicas privadas y grandes marinas, seguramente no. A ver qué opina el PSOE.