No nos podrán negar que la cosa no tiene su enjundia. Que diecisiete meses después de publicar el tongo celebrado en el Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y el Cádiz, ocho jugadores del equipo grancanario planteen demanda de protección de su honor personal y profesional tiene su aquél. Debe ser que son lentos de reflejos, que les ha costado mucho asimilar lo que dijimos y sostuvimos durante unos cuantos días, que no nos echáramos atrás en ningún momnento, ni siquiera cuando ofrecieron una rueda de prensa, en el verano de 2003, anunciando querellas y cosas similares. Pero debe ser que alguien les ha animado de modo muy convincente para tratar de lavar su imagen cuando la mayoría de la gente se había olvidado del asunto. Nosotros no, desde luego, y estamos dispuestos a volver a contarlo cuantas veces haga falta, ante ustedes y ante el juez.