Por cierto, este concejal Naranjo, hombre de muchas luces, como quedó acreditado en la pasada campaña de Navidad cuando se negó a colgar bombillitas a los empresarios “astacaños” de Mesa y López, anda citado en una querella que si no se ha presentado ya está a punto de serlo. Tiene como centro la tal querella el asunto de los casinos que Soria se inventó para que el Costa Meloneras tuviera una licencia, y con otros meneos habidos en relación con ciertos cambios de rumbo, un despido, unos recortes de prensa y una cinta. Naranjo tendrá que contar, porque lo van a llamar a declarar, con quién se reunió, para qué se reunió, si la cosa tenía que ver con el alumbrado, con los parques o con los jardines. Y si hubiera tenido que ver con los casinos, cómo, cuándo, cuánto y por qué. Le pondrán karaoke, suponemos, que así uno canta mejor, como más acompañadito.