Fracasado el intento de estropear Faycán desde la prueba contaminada del denunciante de una de sus hijuelas, a Soria no se la ha ocurrido cosa mejor que aprovecharse del malestar de un inspector de Policía con sus superiores para montar una nueva denuncia contra tres agentes a los que se acusa de fabricar pruebas para hacer funcionar los casos Faycán y Góndola. El pobre inspector Vargas, un tonto útil manejado por un abogado con mucho recorrido, Juan Sánchez Limiñana, ha permitido que su querella sea utilizada por el PP con ese fin contaminante a cambio de que ese partido le pague la asistencia letrada. Ya les hemos dicho aquí que Sánchez Limiñana se ha asociado a Lorenzo Olarte, redactor de algunas minutas muy celebradas (y muy económicas) destinadas a que el PP pudiera presentar quejas contra jueces fuera de plazo. La fiesta no ha hecho más que comenzar, con Soria filtrando a El Mundo las noticias al revés del pepino y el periódico de Pedrojota esperando que alguien le pague con dinero público los abogados para su defensa.