La perreta que el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria se ha cogido con los grandes fastos ciertamente contrasta con el gusto por ellos que han tenido sus predecesores, incluidos, cómo no, Soria y Pepa, creadores y ensoleradores del festival de cine, parido con el fin principal de pisar alfombra roja. Desde el primer momento puso la proa al concierto de Sting y este viernes llegó a hacer insinuaciones impropias de un alcalde en torno a las cuentas internas de ese acontecimiento, así como de las del Womad. Cuando el promotor de Sting le explicó que en los contratos artísticos existen cláusulas de confidencialidad que impiden dar a conocer el caché del artista y cuántas personas se desplazan o en qué categorías de hotel se quieren hospedar, a Cardona no se le ocurrió mejor cosa que extender la duda sobre la transparencia de esas cuentas. Del Womad habló hasta de los derechos, entendemos que artísticos, cuando ese festival los cede a las televisiones públicas para que elaboren programas especiales que sirvan para promocionar la ciudad dentro y fuera de España. Lo que no dijo Cardona fue qué personas utilizaron sus entradas para el concierto de Sting. Su obstinación le llevó a no presentarse en la foto sobre el escenario que protagonizaron sus compañeros de partido Lucas Bravo de Laguna, Melchor Camón y Larry Álvarez, todos ellos al día siguiente en el concierto, a donde Cardona no acudió tampoco. Sus dos entradas de protocolo, junto al resto de autoridades (Saavedra, Rivero, Bravo de Laguna...) las utilizaron dos personas desconocidas.