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Más de cinco años de cárcel y una multa de 12.500 euros por agredir a dos guardias civiles en Tenerife

Fachada del Tribunal Supremo

EFE

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El Tribunal Supremo ha inadmitido un recurso para anular una pena de cinco años y cinco meses de cárcel y el pago de 12.500 euros a un hombre al que se le considera autor de los delitos de tráfico de drogas, lesiones leves y atentado a la autoridad tras agredir a dos guardias civiles en Tenerife.

Además se le atribuye el agravante de reincidencia y el atenuante de trastorno de personalidad.

En concreto, por los dos delitos de lesiones y atentado a la autoridad se le impone la pena de año y medio de prisión por haber golpeado a dos guardias civiles, a uno de los cuales debe indemnizar con los mencionados 12.500 euros y al otro con 85.

Por tráfico de drogas la condena suma tres años y nueve meses y se le impone una multa de 1.400 euros.

Los hechos tuvieron lugar sobre las 18:00 horas del 10 de junio de 2019 cuando los dos agentes de la Guardia Civil se encontraban de servicio y uniformados en un vehículo situado en una gasolinera de La Orotava.

Mientras realizaban labores de prevención se practicó un registro en el coche del procesado al que le constaban antecedentes por atentado lo que le supuso una condena de un año de prisión.

Los agentes hallaron dentro del vehículo y en una mochila un total de 2.335 euros en efectivo y 21 bolsas de plástico con 11 gramos y medio de cocaína con una riqueza del 40%, que hubiera alcanzado un valor de 673 euros tras su venta.

Igualmente se le encontraron dos navajas, una porra de defensa extensible y un cuaderno con anotaciones. Cuando los agentes hallaron la droga el acusado comenzó a amenazarlos diciéndoles que estaban muertos y sus hijos también a la vez que arremetía violentamente contra ambos propinándoles puñetazos, patadas y agarrando por el cuello y forcejeando con uno de ellos.

Durante esta pelea se le cayó a un agente su pistola reglamentaria al suelo que fue recogida por el detenido de manera que el otro guardia civil tuvo que intervenir de inmediato para que soltara el arma dada la situación de riesgo que se había producido.

El procesado siguió empleando la fuerza y consiguió arrebates la mochila con la droga y huir del lugar, aunque antes les lanzó varias piedras, dos de las cuales dieron en la rodilla izquierda de uno de los agentes.

A causa de ello éste sufrió tendinitis y daños en los tobillos que tardaron en curar 218 días y que requirieron que fuera sometido a rehabilitación, mientras que el otro precisó de sólo dos días.

El condenado basó su defensa en que no tuvo intención de menospreciar ni agredir a los agentes sino que únicamente trataba de esconder la sustancia estupefaciente y que las lesiones fueron consecuencia del forcejeo y agresión del que fue víctima.

En cuanto a la posesión de drogas alegó que la cantidad incautada es encuadrable en el autoconsumo, que es toxicómano con una grave dependencia y tiene reconocida una discapacidad del 69% precisamente a causa de ingerir sustancias psicoactivas.

En su momento el informe de los peritos apuntó que la conducta del acusado no presentaba trastorno mental hasta el punto de anular su capacidad de juicio, ni puede ser calificada de “irracional e irreflexiva” lo que se demostraría con su intento de esconder la droga para eludir la detención.

No obstante, sí se tiene en cuenta el atenuante de que el trastorno de personalidad que sufre pudo ser el origen de su actitud violenta en el momento de los hechos, motivo por el cual se impuso una pena más reducida por el delito de lesiones.

En cuanto a la droga intervenida se coincide con el Tribunal Superior de Justicia de Canarias en que se está en presencia de una cantidad relevante y de gran pureza.

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