El ex ministro de Fomento y ex secretario general del PP no perdonó a su formación que le cerrara las puertas a la candidatura para presidir el Principado de Asturias. Francisco Álvarez Cascos se dio de baja y abrió una herida difícil de cicatrizar en el Partido Popular. Algunos líderes nacionales, como Esperanza Aguirre, saltaron a la palestra y opinaron que era un error dejarle marchar y no apostar por él en lugar de presentar a una auténtica desconocida, Isabel Pérez Espinosa.
El tiempo, las urnas y, especialmente, los asturianos, han dado la razón a Francisco Álvarez Cascos, que dos meses después de crear su propio partido, FAC, ha ganado las elecciones en el Principado de Asturias con el 94,47% de los votos escrutados por lo que podría convertirse en presidente de la comunidad si recibiese el apoyo del PP, su antigua formación. Cascos, aún así, señaló antes de la campaña electoral que no pactaría con los populares para formar gobierno, pero ahora depende de una alianza con ellos para desalojar a los socialistas.
Así las cosas, este domingo electoral ha dibujado un nuevo parlamento asturiano, que sería el siguiente: un bloque de derechas, formado por los 16 diputados del FAC y los 10 del PP frente a los 19 de la izquierda, con la suma de los 15 diputados del PSOE y los 4 que aporta IU.
Ahora bien, el problema será probablemente la ingobernabilidad en que puede caer el Principado de Asturias, puesto que las relaciones entre los populares y su ex secretario general dificultan mucho una convivencia durante los próximos cuatro años. Y sería antinatura un pacto de Cascos con los socialistas, de tal modo que se abre una incógnita acerca del futuro político asturiano.