Contagiando el amor a la lectura a los más pequeños

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Todo aquel que haya tenido que escoger un libro para un niño sabrá que la oferta es inabarcable. Libros con audio, libros desplegables, libros para niños y libros para niñas...¿Cómo elegir el más adecuado? En La casa de Tomasa lo tienen claro: hay que huir de los libros con afán didáctico que inundan las librerías y también de lo rosa y lo azul. Esta asociación cultural logroñesa lleva años dedicada a la promoción de la lectura. Su presidenta, Carmen Sáez, y su vicepresidenta Mª Cruz Zurbano, nos dan algunas claves para contagiar a los más pequeños de la casa el amor por la literatura.

“Cada vez hay más libros con muy buena apariencia, muy vistosos, muy grandes y que la hora de leer aportan muy poquito. Por eso es importante estar acostumbrado a manejar muchos libros, para discriminar cuáles son interesantes y cuáles no”, señala Sáez, quien apuesta, en cambio, por los grandes clásicos de la literatura infantil y juvenil, que en España todavía no son tan conocidos como en otros países, pero que ahora editoriales como Kalandraka están reeditando.

“Normalmente lo más aparotoso, lo que brilla más suele ser lo peor. Para niños pequeños hay que optar por la sencillez y olvidarse del adorno”, insiste Zurbano, quien rechaza la distinción entre libros para niños y libros para niñas, muy visible hoy actualmente en las librerías “con la zona rosa, de princesas, y la zona azul, de tractores”.

Tampoco les convencen los libros didácticos, que buscan conseguir que los niños sean buenos, obedientes...“Normalmente esos libros a los niños no les gustan nada y tienen muy poco de literario. Si quieres que tu hijo se lave los dientes, lo mejor es que le enseñes, no necesitas un cuento para eso, así que a por la literatura pura, con palabras mayúsculas”, subraya la presidenta de la asociación.

¿Y los clásicos como Cenicienta o Blancanieves? En La casa de Tomasa no los rechazan, porque “todo depende de cómo los cuentes. Los puedes leer de forma razonada, explicando a los niños que son libros sexistas porque están escritos hace mucho tiempo”, detalla Zurbano.

CREAR HÁBITOS DE LECTURA

Lo que tienen claro en este colectivo es que el lector se hace en casa. Por eso recomiendan encarecidamente leer a los niños desde que son pequeños y que éstos vean leer a sus padres, aunque sea sólo el periódico, y se acostumbren a ver libros en casa y a ir a una biblioteca y a una librería. “El hábito hay que hacerlo día a día”, aseguran.

Alertan, además, de que hay una época en la que muchos niños, cuando entran en la adolescencia, dejan de leer, “o leen sus cosas”, pero aseguran que “los adolescentes leen más de lo que creemos”, sólo que, a veces, no leen ficción sino otro tipo de lectura. “Es importante recalcar la importancia de los libros informativos. El niño curioso que siempre está leyendo sobre los planetas o los ríos también lee”.

EL VALOR SOCIAL DE LA LECTURA

La casa de Tomasa defiende el valor social de la lectura, a través de tertulias o clubes. “Aparte de que es socializador y enriquecedor a nivel individual, también lo es intelectualmente, porque aprendes cosas de un libro que tú no has visto, y aprendes a conocer a las personas, a saber lo que piensan y se produce un diálogo”, explican.

Leer en grupo es como una celebración, algo a lo que estamos acostumbrados con temas relacionados con la comida o las fiestas, pero no tanto con la cultura”, lamenta Sáez.

DÍA DEL LIBRO

La labor de este colectivo se extiende durante todo el año, por lo que no conmemoran de forma especial el Día del Libro, aunque reconocen que, si lo hicieran, les gustaría otro tipo de celebración a la que se repite año tras año, “muy seria e institucional”, con actos como la lectura de El Quijote.

“Nos gustaría hacer un día a lo grande, más lúdico y en el que confluyeran todas las entidades. Una celebración alegre, con la lectura como una rutina más de nuestra vida”, resaltan.

No celebran un evento como tal, pero año tras año se ha convertido en una tradición la presentación de su listado 20cuentos20, consistente en una selección anual de las mejores obras para niños y adolescentes, que reparten por los colegios y librerías riojanas, tras haber comprobado que se trata de títulos que funcionan y que pueden ser recomendados.

El trabajo de este colectivo ha tenido recompensa recientemente. Como reconocimiento a su labor de fomento y promoción de la lectura La casa de Tomasa ha sido galardonada con el premio Pep Sempere, que otorga la asociación cultural Pizpirigaña, de Arenas de San Pedro (Ávila), dotado con el original premio de 100 kilos de cerezas y una cesta llena de libros.